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Alexa.

Tiempo después.

Di a luz en la isla, no estuve sola, para ese momento esteban estuvo presente.
El ex-lider.

Tenia a muchas personas a mi lado, menos a la persona que aún amo.

Lo necesité, pero él no pudo estar aquí. Después de un tiempo de vivir aquí, entendí la razón por la que Marlon reacciono así.

Pues Esteban, mando una carta, no sé cómo lo hizo, pero me hizo llegar la carta. Me explicó todo lo que estaba pasando.

Me envió lejos destrozándome el corazón por nuestro bien.

Por el bien de mi hija y yo.

Me arrepiento de no haber insistido a quedarme con él. Tal vez si me hubiese quedado la historia sería diferente.

El reino ya no existe. Todo está perdido.

Nuestro amor fue quemado.

Lo único que me queda de él, es mi hija, que tiene sus mismos ojitos.

Verla me hace acordarme de él. Por eso me encanta observarla.

Ser madre es complicado, pero a la vez es una tarea que mantiene mi mente ocupada.

Salgo a recoger nuestros alimentos, mi hija se va a mi lado. Nunca la dejo sola. Temo que al hacerlo, pueda perderla.

Es tranquilo aquí. Sobrevivir no es tan complicado. Pero a fin de cuentas se puede vivir en este lugar.

Dejo a mi hija recolectando algunas frambuesas, mientras yo me encargo de recolectar otras cosas.

Nunca he recorrido toda la Isla, es demasiado grande, y siento que no terminaría nunca.

Tengo una canasta en la mano, la cual cae al suelo por un descuido.
Al inclinarme a recogerla veo unas huellas.

Las dejaría pasar si no fueran tan grande. No son mías y obviamente no son de mi hija.

Son huellas de hombre.

Escucho como se mueven unos arbustos.

Dios.

Un escalofrío me entra al considerar la idea que no hemos estado solas aquí.

Corroboro que mi hija esté en su sitio y sigo un poco las huellas.

Sigo sigilosamente las huellas hasta que veo una figura oscura.

Una silueta.

—¿Quién eres?—pregunto con voz temblorosa.—¿Cómo llegaste aquí?

Rápidamente recojo una piedra que me sirve para defenderme.

No estoy tan lejos de mi hija, la puedo ver desde aquí, lo que me preocupa es que esta persona también la vea y quiera hacerle daño.

—Muéstrate antes de que té...—Esta persona se da la vuelta antes de que termina de hablar.

Se saca la capucha y lo veo.

Las lágrimas llegan a mis ojos. Mi corazón late al reconocerlo.

La señal llega a mi cerebro y salto a sus brazos. Está diferente, tiene la mitad de su cara quemada. Pero no lo hace lucir mal, a mi opinión lo hace lucir más sexy.

Sus ojos son los mismos.

Dios.

Él me aprieta con fuerza, yo hago lo mismo.

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⏰ Last updated: Aug 03, 2023 ⏰

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Captadores ||terminada||Where stories live. Discover now