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Marlon.

Sumergido en un terrible angustia, me someto a la peor tortura que se me puede otorgar. Ver a mi mujer marchar.

Rabie inunda mi alma, la maldita guerra que se ha desatado acabó con lo que prometí cuidar con mi vida. Acabo con cada gramo de alegría que existía antes.

Acabo conmigo.

Es decepcionante ver como todo se fue a la basura, después de tanto, todo se ha ido a la mierda.

No sé que mierda hacer. Yo quiero a mi hijo, y es obvio que amo a mi mujer. Pero no los puedo arriesgar.

Dios.

La coherencia se mantiene al igual que el sufrimiento. Dejar ir a una persona que amas no es fácil. Mucho menos lo es sabiendo que esa persona ahora te odia.

Me odia.
Pero es mi culpa.

(...)

La guerra está peor de lo que imaginaba. Por muy difícil que sea, agradezco que mi mujer se haya ido.

El palacio está destruido, mis hombres murieron, Hanson es el único vivo. Estamos solos.

Mataron a cada persona, sin importar que fueran civiles, niños. Eso no les importa, les vale mierda.

La guerra es contra los malditos soller's, no sabía de la existencia de esos malditos, hasta obviamente ahora. Nos dejaron en claro que nos extinguiremos, y están cumpliendo su palabra.

—Hermano—habla con un hilo de voz—El fuego nos está consumiendo, no lograremos salir.

Mis fosas nasales se ven afectadas, mis pulmones no dan más, escucho mis propios latidos. Respirar para mí ahora es un obstáculo. No lograré salir de esto.

Pero estoy tranquilo. Porque mi mujer y mi criatura, están a salvo. Lejos de aquí.

Las probabilidades de que logre salir con vida son casi nulas, no nulas, es imposible.

Mis piernas me hacen caer al suelo, pues están débiles de tanto arrancar de los enemigos, mis músculos están tan adoloridos que se niegan a reaccionar. Pierdo la movilidad de las piernas.

El fuego avanza.

Hanson ya no habla, no lo veo, y por más que quiera gritarle o buscarlo, no puedo.

Al abrir la boca por instinto, por desesperación de traer oxigeno a mi cuerpo, siento como me arde la garganta, mis manos arden. Mis piernas empiezan a reaccionar cuando el fuego va en mis pies. El fuego escala por mi pantalón, y yo solo cierro los ojos. Obligándole a mi cerebro a mostrarme algún recuerdo de mi mujer mientras la vida se me va de las manos.

Captadores ||terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora