Capitulo 1

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PARTE I

La amenaza llegó muchas lunas después.

"Tu hijo, o tu pueblo"

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Un año después.

"¡Apresúrate gran guerrero, ya le das vergüenza a las larvas!"

La carcajada estridente de su hermano rompió la corriente de aire que llegaba hasta él. Sus trenzas se enredaban unas con otras en una salvaje danza con el aire con cada aleteo de su Ikran, la adrenalina corría por su pecho como un río cuesta abajo.

"¡Deja de fanfarrónear hermanito! Te faltan muchas lunas para poder sobrepasarme" le sonrió al llegar a la misma altura.

Lo'ak lo miro con una sonrisa burlesca, una sonrisa que sin duda había heredado de su padre, cuando se puso serio de repente.

"No se trata de rapidez, sino de ingenio"

"¿Que?" antes de poder pensar que quería decir, su hermano se lanzó cuesta abajo "¡Lo'ak!"

En cuestión de segundos lo perdio de vista, su hermano había tomado uno de los tantos atajos que había descubierto en su afán de ganar las carreras. Atajos demasiado peligrosos para alguien tan imprudente como él. Neteyam continuo su vuelo, volteando a ver cada tanto, esperando la repentina aparición que su hermano siempre solía hacer.

Pasaron unos minutos sin cambio, y cuando ya podía ver su pueblo en la lejanía, un grito resonó en los cielos y su hermano se lanzó sobre él; Neteyam lo esquivó por centímetros y mientras se estabilizaba, el Ikran de su hermano ya se había adelantado por mucho.

"¡Eso es trampa, grandísimo Skawng!" gritó con enojo.

"¡Lo siento hermanito, no oigo perdedores!"

Entre burlas, gritos y aullidos de jubiló llegaron hasta el pueblo Omatikaya.

Quizás no llegó primero a la aldea, pero Neteyam si ganó la carrera hacia su casa en el árbol. Con una sonrisa jadeante, aulló su victoria como una cría, antes de darse cuenta de que no estaba solo, su madre estaba sentada en el centro de su casa, y con una mirada rápida hacia su cabeza ella dijo:

"Sentado" ordenó, haciendo espacio entre sus piernas.

Neteyam suspiro, sin quejas y quitándose su visor de la cabeza. Su cabello, largo por el paso de los años, siempre suave por los aceites naturales, nunca lograba mantenerse atado. Sus trenzas siempre lograban deshacerse cuando volaba, cuando saltaba de un lado a otro con sus hermanos por las montañas flotantes, dejando que los mechones de su cabello cayeran como cascadas sobre su espalda.
Su madre, muy habilidosa en el arte de peinar, tomo las hebras de su cabello y comenzó a trenzar con gran rapidez y destreza. Nunca lo admitiría, puesto que ya no era un niño, pero la sensación de los suaves dedos de su madre desenredando su cabello con ternura, cómo si acariciara seda, le daban ganas de ronronear del gusto. Sin embargo, jamás lo haría, a menos que quisiera escuchar las burlas incansables de sus hermanos. Ya suficientemente lo molestaban con...

"Ay, el dulce niño de mamá" la voz burlesca de su hermano conteniendo la risa se escuchó.

Neteyam solo abrió los ojos, que había cerrado del gusto, para mirar a su hermano comiendo unas bayas, colgado desde una rama del árbol ¿Cómo había llegado hasta ahí?

Te veo, hijo del agua.Where stories live. Discover now