Capítulo 14

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Neteyam sabía muy bien que no podría esconderse dentro del marui por mucho tiempo. Se encontraba ansioso, y un poco aburrido de ser el único que se quedara allí, mientras sus padres realizaban sus jornadas, y mientras sus hermanos iban y venían a escondidas del pueblo, siguiendo su plan de no llamar la atención.

Luego de que Katleya abriera su corazón con él, decidió invitarla a su pequeño banquete familiar. En su interior, sabía que quería levantarle un poco el ánimo, luego de las lágrimas derramadas. Sus padres al verla, sentada muy a gusto a su lado, lo miraron sorprendidos. Incluso Jake le guiño un ojo disimuladamente.

"Oh, padre. Si tu supieras" pensó negando con la cabeza.

Tuvieron una comida muy amena, donde Katleya se relacionó más con su familia, y donde desarrollo una inesperada pero ferviente admiración hacia su madre. Incluso le pidió, muy insistentemente, que le relatara la historia de cómo se convirtió en Palulukan Makto. Y para su sorpresa, su madre la relató con lujo de detalles, provocando que Katleya quedara aún más asombrada con su persona.

"Es poderoso" mencionó, cuando estaba a punto de marcharse, horas después.

"¿Qué cosa?"

"Tu legado" le sonrió "No me equivoque. La sangre que corre por tus venas es poderosa" y con un suave guiño, se lanzó al agua en un aullido.

Neteyam se quedó viendo su partida, asimilando todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo, sin saber, que su día estaba lejos de terminar. Porque cuando el sol se encontraba brillando en lo alto, recibió otra inesperada visita.

"Pido una auniencia con tu primogénito, Toruk Makto" Neteyam se encontraba al otro lado del marui, afilando sus flechas, por lo que no vio al recién llegado, pero sí pudo oír sus palabras en la entrada de su hogar, seguido de un cansado suspiro de su padre.

"Kaley, no sé si sea buena..." trato de evitar pequeños problemas, pero se vio interrumpido. "¿Qué es esto?"

"Una canasta. Ofrenda, para su familia" su tono orgulloso lo delató.

"Kaley...esto esta mordido"

"¡Me dio hambre, de acuerdo!" la pequeña voz del Metkatyina sonaba frustrada "Ya déjeme pasar, no sea malito" la inocente suplica provocó una risa en él, y lentamente camino hasta su encuentro.

Al llegar hasta donde los dos Na'vis estaban, se encontró con una peculiar imagen: Su padre sostenía una pequeña canasta que, al parecer, contenía diversas frutas en su interior, y desde su lugar, pudo observar que a una le faltaba un gran pedazo; mientras que, frente a él, el pequeño Kaley estaba tratando de rodear sus piernas para poder ingresar a su hogar, sin mucho éxito. Su cabello rizado estaba suelto y alborotado, como era propio del descuido de la infancia.

"Estoy aquí" se aseguró que su manta cubriera bien su cuerpo antes de aproximarse a ellos "Kaley" saludó y le dio un leve asentimiento a su padre, quien dejó caer sus hombros con frustración antes de alejarse para darles privacidad "Así que solicitas una audiencia conmigo ¿Que ocurrió?" preguntó curioso.

Kaley le dirigió una mirada ceñuda, no muy natural en sus facciones "Yetam, ¿Te consideras un guerrero respetable?"

La pregunta lo tomó con absoluta sorpresa, y abriendo mucho los ojos respondió "Claro que si ¿Pero porque...?"

"¿Entonces porque faltaste a tu palabra?" su voz no dudo en denotar su malestar "¿Porque no nos has buscado de las lecciones?"

La acusación lo dejó plantado en su sitio. En todo este tiempo, mientras Tuk no había asistido a sus lecciones en la playa, casi había olvidado por completo el implícito compromiso que había asumido con los pequeños Metkayina. Pero al recordar la reacción de la madre de Kaley al verlo hace unos días, pensó que estar alejado de ellos era lo mejor. Nunca considero que ellos hubieran sufrido su ausencia.

Te veo, hijo del agua.Where stories live. Discover now