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Apenas logrando caminar, Dan se dirigió al gimnasio, luego de entrar, en el área de los sacos de boxeo, se acomodó en un rincón, tratando de encontrar una buena posición para dormir. Estaba demasiado agotado para curar sus heridas.

Y para respirar mejor, se arregló el cubrebocas de manera que el aire pudiera entrar y salir fácilmente sin asfixiarse. Y poco a poco empezó a dormir, cayendo en un profundo sueño.

Dan se visualizó en una habitación que reconocía bastante bien, era el cuarto del hospital en el que estaba su abuela. Se miró en el espejo, aun tenía los moretones en los brazos y en la cara. Adentrandose más en el lugar, no había una camilla ni un portasueros, solo se encontraba una mesita, con un pan de crema en medio, una vela iluminando el lugar. Y su abuela de pie esperándolo.

— ¿A-abuela? — dijo Dan con la voz temblando.

— Dan, muchacho, ven aquí — dijo la anciana abriendo los brazos para indicar que quería darle un abrazo, Dan se lo correspondió, llorando en sus hombros. Al deshacer el abrazo, la abuela notó las manchas moradas en su rostro — Hijo ¿Qué te pasó? ¿ Y estos moretones?

— Me golpearon, abuela, y me siento muy mal desde hace unos días.

— Oh, mi amor. ¿Por qué permites que te lastimen así?

— A veces, siento que ya no tengo elección — dijo Dan encogiendo los hombros.

— Siempre tienes elección, Dan — dijo la viejita acariciando la mejilla del castaño — Puedes elegir protegerte a ti mismo, incluso cuando sientes que el mundo está en tu contra.

— Es complicado, abuela —dijo Dan ya llorando — Hay cosas que no puedes entender.

— Entiendo más de lo que piensas, mi niño — dijo la abuela — Pero quiero que sepas bien algo... necesitas aprender a cuidarte a ti mismo, como lo haría tu madre o yo.

Dan se sumergió en un nuevo abrazo reconfortante de su abuela, sintiendo la calidez y la seguridad que tanto anhela desde hace ya un año. Sin embargo, el sueño también le recuerda que la realidad es implacable y que enfrentará sus propios desafíos al despertar.

Mientras descansa en el gimnasio, entre los recuerdos y los sueños, Dan era sacudido por el hombro. El chico no tardó en abrir los ojos al sentir este movimiento, encontrándose con el entrenador Park y con Changmin, quienes lo veían con cara de preocupación.

— ¿Doc, que hace aquí tan temprano? — dijo el entrenador mirando con compasión al doctor —¿No debería de estar en casa descansando?

Dan se incorporó en su lugar, intentando torpemente ocultar los moretones que tenía en el rostro acomodando su cubrebocas.

— Solo... Quise llegar más temprano.

— Dan, quítate el cubrebocas — ordenó el entrenador.

— Entre-

— Dan, por favor, quítate el cubrebocas — ordenó el entrenador.

Dan, sin tener otra excusa, se quitó el cubrebocas, revelando su rostro cubierto de moretones, obteniendo un suspiro de sorpresa por parte del entrenador.

— ¿Qué te pasó, Dan?

—Solo me caí, nada grave — dijo Dan, no quería decirles que una maldita máquina de matar y unos prestamistas le hablan proporcionado una enorme paliza.

— No te haces moretones tan rápido por una caída, Dan. ¿Te golpearon?

—No es nada serio, lo juro. Solo me caí.

— Dan, esto no es de una caida, es de golpes, y deberías de denunciarlo con la policía — la voz del entrenador empezaba a sonar enojada y con el semblante completamente serio.

— No es necesario, entrenador. Puedo cuidar de mí mismo.

— Sé que lo puedes hacer, pero te molieron a golpes. Necesitas hablar con alguien sobre esto, esto es de denunciar con la policía. — dijo Changmin en un tono de voz más ligero para calmar a Dan.

— ¿Quién fue, Dan? No deberías soportar esto solo — dijo el entrenador — Fue Jaekyung ¿Verdad?

— No, por favor. No quiero problemas — la voz de Dan sonaba con miedo.

— Entonces fue él — dijo el entrenador, ya se mostraba furioso — Ahora sí ese imbécil me va a oír, no lo voy a dejar pasar por alto Dan.

— ¡No! Por favor, entrenador, yo no quiero generar más problemas.

— Dan, entiende, es por tu bien

— Dan, voy a hablar con él. Esto no puede pasarse por alto, y no dejaré que pase más.

— Entrenador, por favor, no — dijo Dan, la voz le temblaba al igual que lágrimas le salían de los ojos, implorando al entrenador que no le dijera nada, Jaekyung podía tomar represalias con él — Puede empeorar las cosas.

— Dan, esto ya es demasiado. No permitiré que esto quede impune — sonó bastante firme el entrenador.
El entrenador notó la bolsa que Dan tenía a un costado, la tomó, revisando el contenido, eran vendas, ungüento de moretones y alcohol etílico.

— Changmin, hoy tienes el día libre, necesito que cuides a Dan, llévatelo a la sala de masaje y trata sus golpes — dijo el entrenador, ayudando a Dan a levantarse — Dan, hoy descansa también.

— Sí entrenador — dijeron al unísono ambos chicos.

— Ven Dan, apóyate de mi hombro — dijo Changmin, tomando la bolsa de los productos de la farmacia y sintiendo la temblorosa mano de Dan apoyarse en su hombro, caminando a la sala donde Dan trataba a algunos del gimnasio.

A pesar de la preocupación de Dan, Namwook iba a enfrentar a Jaekyung, decidido a no tolerar la violencia injustificada en el gimnasio. Esto ya era demasiado, había llegado al límite de su paciencia, y había llegado demasiado lejos con el maltrato al doctor.

Mientras tanto, Dan se sentía atrapado entre la necesidad de proteger a Jae, la lucha contra sus propios demonios y su enfermedad.

Esperaba con ansias el sábado para saber qué rayos le ocurría.

[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora