[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)

114

— Doctora Lee... Necesitamos trasladarlo a la UCI ahora — dijo el médico residente  que estuvo en la cirugía.

— Bien, coloquenlo en la camilla de traslado... Cada segundo que perdamos, podría empeorar — dijo la Doctora Lee con su tono de voz firme — ¡Doctor Park, deje su puta tableta y ayúdenos!

— Maldita sea, nunca estás de b-

— ¡¡Esto no es un juego, tienes más experiencia que yo y aún así actúas como un residente arrogante!! Haz algo en lugar de perder el tiempo, ¡Pero no esté aquí estorbándome! — la doctora Lee sonaba furiosa, el doctor Park simplemente rodó los ojos y se fue — Hombres.

— Doctora, está listo.

— Perfecto entonces, traigan a un camillero — dijo la doctora, colocándose del otro lado de la camilla y con un camillero en la cabecera de la camilla — Bien... comencemos a moverlo.

Jaekyung empezó a ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Los médicos y enfermeras lo rodeaban, moviéndose con precisión y rapidez.

Su semblante mostraba signos de fatiga y malestar, pero también una sensación rara en sus ojos, su rostro estaba pálido y su respiracion estaba agitándose demasiado.

Las luces tenues de la UCI iluminaban la habitación mientras era colocado con cuidado en la cama. El sonido constante de los monitores cardíacos y de signos vitales llenaba el aire, creando una atmósfera cargada de tensión y preocupación.

A pesar de todo, Jae se mantenía tranquilo, pero con mucho miedo, pero aún así confiaba en el equipo médico que lo rodeaba. Sus pensamientos estaban en Dan y en su propia recuperación.

— ¿Hay algún contacto de emergencia?

— Intenté llamar a Park Namwook, pero aparece que está fuera del área de servicio... Intentaré llamar a otro contacto — dijo la doctora Lee.

Mientras tanto...

Heesung se encontraba finalizando sus escenas en el set de grabación, con el alboroto del equipo de producción en el trasfondo.

Está a punto de irse a casa y ver a su amorcito cuando su teléfono comienza a sonar, rompiendo el tranquilo ambiente que lo rodea. Al revisar la pantalla, su expresión se vuelve preocupada al reconocer el número.

Sin perder un segundo, Heesung toma el teléfono y escucha atentamente la voz del otro lado de la línea.

- Aquí Choi Heesung - dijo el actor con expresión preocupada

- Señor Choi, soy la doctora Lee, necesito que venga ahora mismo - sonó la voz de la doctora - Se trata de Joo Jaekyung, es urgente.

La urgencia en las palabras de la doctora Lee explicando rápidamente la situación de Jaekyung lo puso en alerta máxima mientras escuchaba la información dada. Sin decir una palabra, cuelga rápidamente y se apresura a salir del set.

- ¡Heesung! ¡La ropa!

- La enviaré más tarde con mi manager, ¡tengo que irme, es una emergencia!

Salió del set, se subió a su auto junto con sus cosas y comenzó a conducir rumbo al hospital.

Mientras se dirige al lugar, su mente estaba llena de pensamientos ansiosos, pero controlados porque necesitaba enfocarse en la carretera para llegar sano y salvo.

- Cálmate Hee... Conduce con cuidado, pero necesito encontrar una manera de llegar más rápido.

Aceleraba por las calles, enfocado en llegar lo más rápido posible, donde su compañero de agencia lo necesitaba.

El corazón lo traía como loco, estaba latiendo con fuerza y la mente llenándose de pensamientos tumultuosos.

La carretera se desplegaba ante él, pero su atención estaba completamente enfocada en las posibles situaciones que podrían estar ocurriendo en el hospital. Cada curva, cada intersección, parecía prolongar la incertidumbre.

Mientras conducía, su mente divagaba por mil y un escenarios, desde los más benignos hasta los más oscuros. Se imaginaba a Jae luchando por su vida en una camilla de hospital, rodeado de médicos y enfermeras haciendo todo lo posible por salvarlo. También se atormentaba con la idea de que las noticias podrían ser mucho peores de lo que anticipaba, que Jae podría estar en sus últimas fuerzas, luchando contra un enemigo invisible.

A pesar de sus temores, Heesung rogaba en silencio que la realidad fuera mucho más benigna que sus peores pesadillas. Imploraba al destino que no pasase algo peor, que le permitieran regresar a casa sano y salvo, a pesar de haber sido un hijo de puta con todos.

Con cada kilómetro que recorría, su corazón palpitaba con más fuerza, anhelando desesperadamente que sus miedos fueran infundados y que Jae estuviera bien.