Décimo quinto capítulo

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— Disculpe, Harry, ¿Cómo puedo llamarlo Mia? — A la lejanía el pirata escuchaba voces, pero aun intentaba abrir los ojos sin abrumarse con la luz solar

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— Disculpe, Harry, ¿Cómo puedo llamarlo Mia? — A la lejanía el pirata escuchaba voces, pero aun intentaba abrir los ojos sin abrumarse con la luz solar.

— No estoy segura, Jo se dirige hacia el cómo capitán, bacalao, pirata de agua dulce...—

—¿Harry será correcto? — El joven despertó rápidamente sorprendido al verse recostado en su potra y Mia observándolo con cuidado.

— No dormí mucho tiempo, ¿Oh sí? — Pregunto el pirata sobresaltado, notando a Amalie arriba de su caballo leyendo un libro.

— El viaje me temo...— Escucho una voz en su mente girando rápidamente a ver a la potra blanca.

— No estoy segura en como llamarlo...— Harry sonrió.

— Harry está bien tesoro — Mía se alejó un poco de ellos cuando escucho a Amalie llamarla.

— Mía, ¿Nuestro joven invitado despertó ya? — Harry sonrió de lado y con una mirada, tesoro comprendió que buscaba alcanzarla.

— ¿Para qué me necesita? ¿Su café no está en su temperatura? — Amalie sonrió de lado y negó.

— ¿Dormir dos días enteros le parece correcto? — Harry abrió la boca con sorpresa y se inclinó hacia su cabello.

— Tesoro ¿Cuánto tiempo en realidad dormí? — Amalie soltó una carcajada y le pasó ropa.

— Entraremos a Agrabah, el consejo de ahí es estricto y duro...— Harry escuchaba atentamente a la mujer mientras se colocaba la ropa característica de ese lugar.

— Dentro de los conflictos más grandes son mujeres gobernando, pueden ser rudos con algunos comentarios, absurdos hasta el punto de hacerte sentir impotente, saben su cuna, y si se siente abrumado, puede salir por aire, o escapar un momento, aunque agradecería su soporte. — Harry asintió a todo lo que la chica decía, y sorprendido trataba de entender, en la isla no había prejuicios por género, si eras fuerte, eras fuerte, sin importar tu género, orientación sexual o creencias.

— Entiendo mi...— Amalie sonrió.

— Mi princesa, frente al mundo —Harry asintió, y agregó — Puede solo decirme Harry, sus términos se sienten extraños — Amalie asintió.

Harry pudo apreciar Agrabah, era caluroso y colorido, imponente y calmado, nunca creyó en su corta vida poder conocer aquel lugar tan majestuoso.

El pueblo se acercó a la chica, que les sonreía con gracia y educación, sin embargo notaba que al acercarse tanto ella ya no podía pasar, causando en Argos, pánico, Harry ágilmente se posicionó junto a la chica abriendo paso entre la multitud.

Amalie recibía obsequios del pueblo y Mia se posicionó al otro lado, creando Harry y Mia una barrera entre su princesa y el pueblo. — Le agradezco capitán. — La chica le dedico una pequeña sonrisa que lo hizo sonreír de lado, sin embargo su atención fue robada por el sonido de las puertas del palacio abriéndose, mostrando una gran explanada y enorme palacio lleno de piedras preciosas, soldados se formaban, mostrando ala fondo de su formación a un alto y moreno joven, su complexión le recordaba a Jay o Gil, su cabello castaño quebrado caía en su rostro, llevaba pendientes y joyas en él, incluso admiró mucho las perforaciones de su rostro y orejas, su atuendo era delicado y costoso, era el sultán.

𝑬𝒏𝒄𝒉𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅. 𝐷𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑑𝑎𝑛𝑡𝑠Where stories live. Discover now