No-muertos en Asgard

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Buenas tardes y bienvenidos a esta nueva sección llamada Relatos de las Catacumbas. Soy Perséfone, esposa de Hades, reina y señora del inframundo griego. Durante este mes de octubre os traeré un breve relato por día sobre alguna de las criaturas sobrenaturales que habitan este mundo. Algunos pueden ser reales y otros no, pero procuraré que sean aterradores en la medida de lo posible.

Estoy segura de que muchos de vosotros conocéis a mi amiga Hela, reina de Helheim, hija de Loki y diosa nórdica de los muertos. Puede ser muy aterradora cuando se lo propone. El hecho que os voy a contar transcurre poco después de su liberación, cuando pudo volver a salir del Helheim tras tres mil años de condena y volver a Asgard.

Es un hecho curioso, la verdad, pues el reino de Asgard se vio infestado de animales en estado de putrefacción deambulando por sus calles. Había desde pájaros pequeños y cuervos hasta lobos, ciervos y osos de gran tamaño. Nadie sabía de dónde habían salido ni que hacían allí, así que muchos de sus habitantes empezaron a pensar que habían sido maldecidos por la diosa, quién ahora descansaba en la gran choza de su padre en el centro de Asgard. Otros pensaban que habían salido con ella, acompañándola de vuelta al mundo de los vivos ahora que volvía a estar entre ellos.

El gobernante y rey de Asgard, Odín, padre de todos, dictaminó que esos animales debían ser eliminados, ya que traían muy mal augurio al reino. Pero... ¿cómo te deshaces de algo que ya está muerto? No puedes simplemente asesinarlos. Encontraron ciertas dificultades con ello, ya que todos volvían, cada vez con menos carne y más hueso, y uno de los príncipes de Asgard, Thor, dios del trueno, era visto acompañado por dichas criaturas. Se detenía a acariciarlas y a jugar con ellas, enfadándose si alguien le decía algo por su comportamiento.

Cuando Thor llevaba un tiempo rodeados de estas criaturas no muertas, su medio hermano Heimdall, guardián del Bifröst, decidió seguirle. Pocas palabras hay para describir su sorpresa cuando descubrió dónde se congregaban las criaturas. En la antigua vivienda del dios del engaño Loki, en la que su hija Hela vivía. Espió a través de todas las ventanas de la vivienda, esperando sacar algo en claro.

Y así fue. Hela había empezado a soltar esas criaturas como venganza a Asgard por su condena con la aprobación de Thor, quién también deseaba venganza por el encarcelamiento de su amigo y compañero de armas Loki. Pero seguía trayéndoles de vuelta con su magia necromántica por una única razón. Su soledad. Esas criaturas no muertas, junto con Thor, eran las únicas que le hacían compañía después de su regreso al mundo de los vivos. Dejaron de ser numerosas tiempos después, pero aún puede verse alguna deambulando por el reino si la joven se siente sola.

Este ha sido el relato de hoy, espero que os haya gustado. Nos vemos mañana con otro relato sobrenatural que deseo que os guste tanto o incluso más.

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