Programador de la mafia

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Buenas tardes y bienvenidos un día más a Relatos de las Catacumbas. Soy Perséfone, la que permitió que Heracles sacara a Cerberus del inframundo haciéndole creer que era Hades. El relato de hoy lo protagoniza el hijo del arcángel caído Samael y la virgen María.

Sí, habéis escuchado bien. Esos dos tuvieron un hijo, al que llamaron Judas. Un chico con una infancia difícil, creciendo sin madre y con un padre traficante. Pero hay una cosa que siempre le ha interesado, y esa es la tecnología. Estaba pendiente de cualquier avance, por pequeño que fuera, y después lo replicaba en casa con la ayuda de su padre. Nada hacía más feliz a Samael que contentar a su pequeño.

Pero llegó un punto en el que Samael se vio incapaz de ayudarle. Los cables, los circuitos y los microchips son algo que Samael no termina de entender bien. Y mejor no le hables de sistemas operativos porque se bloquea. Pero el joven Judas... él sí que sabe de estas cosas. No sólo lleva toda la parte de la dark net de los negocios de su padre, si no que, además, ha programado todos los cortafuegos, los sistemas de comunicación internos, y los servidores de datos de los mismos. De cada gadget raro que sale, él se hace su propia versión que no está conectada a la mayoría de los sistemas internos de internet, e incluso los filtra.

A pesar de todos estos logros, hay una cosa que el cerebro privilegiado del joven Judas no ha conseguido, y es que su padre se adapte a la tecnología. De alguna forma consiguió que cambiara un Nokia indestructible por un Motorola plegable poco antes de la entrada al mercado de los smartphones. Y Samael no quiere ni tocar un smartphone, parece un abuelo intentando entenderlo. Es divertido de ver.

Sé que algunos os lo estáis preguntando y no, no es el Judas que traicionó a Jesús. Ese era otro. Nos vemos mañana con un nuevo relato, puede que cercano o puede que no.

Relatos de las CatacumbasWhere stories live. Discover now