Buenas tardes y bienvenidos un día más a Relatos de las Catacumbas. Soy Perséfone, aquella que ostenta el récord de victorias en el coliseo del inframundo. Sí, tengo a Cerberus conmigo. Sí, una de sus cabezas está intentando lamerme. Y está aquí porque hoy vamos a hablar de este chiquitito.
Ya sé que no es chiquitito, quepo dentro de su boca. Pero hubo una época en la que lo era, y es una historia que he escuchado cientos de veces. Yo aún no había llegado aquí, Hades era muy joven. Tan joven que algunos lo confundieron con una bella doncella, pero él les confundió a todos sólo abrir la boca. Y, muy poco después de que él llegara, descubrió que este pequeñajo había sido abandonado en el inframundo.
Era lo suficientemente mayor como para valerse por sí mismo, así que al principio Hades pensó que estaba perdido. No tardó mucho en saber que no había sido así, y Cerberus empezó a seguirle a todas partes en cuanto Hades le dio un poco de atención. En esa época cabía por todos los pasadizos y recovecos del inframundo, a día de hoy ya veis que no. Incluso había llegado a meterse en su cama, durmiendo a su lado.
Crecía a tanta velocidad que ha mudado los dientes cientos de veces. Era fácil encontrarse sus colmillos por el inframundo. Muchos los usan como amuletos o han hecho tallas con ellos. Aquellos que llevan más tiempo aquí aún los conservan. No todo el mundo quiere volver al mundo de los vivos, ¿sabéis? Los que son dejados atrás se los queda Hades o alguno de los otros habitantes habituales del inframundo.
Todas las representaciones de Hades que podéis ver a día de hoy en museos están basadas en las primeras esculturas que se hacían de él, cuando Cerberus era lo suficientemente pequeño como para no llamar la atención por otra cosa que no fueran sus tres cabezas. Había muchos que no lo notaban cuando era del tamaño de un Pitbull. Pero cuando adquirió un tamaño superior a un Gran Danés, siendo más alto que Hades, empezó a llamar mucho la atención. Si ya era raro ver a un perro de tres cabezas, ver a uno de más de dos metros de la pata a la cabeza era imposible. A causa de eso, muchos supieron quién era Hades cuando salía, y tuvo que dejar al pequeñajo atrás para que no le reconocieran.
Fue Cerberus el primero que advirtió la naturaleza que apareció en el inframundo cuando yo nací, despertando a Hades para que lo viera. Era un hecho fuera de lo común, ya que allí no crecía nada aparte de un húmedo musgo por dónde entraba el Estigia y sólo en una zona muy pequeña. También fue el primero en recibirme cuando entré por primera vez al inframundo. Aún estaba mudando dientes en esa época, y uno de ellos le cayó frente a mí. Hades procurando que no me hiciera daño, y él lamiéndome entera con sus tres cabezas. No podía dejar de reírme de las cosquillas que me hacía. Eso tranquilizó bastante a Hades. Al fin y al cabo, Cerberus es como su hijo y el chiquitito lo considera su padre. Fue el único que se encargó de él.
Este relato ha sido más tierno que aterrador, pero me apetecía traeros un poco de uno de los animales más conocidos de nuestra mitología y al que tanto adoramos Hades y yo. No sería lo mismo sin él aquí. Nos vemos mañana con otro relato, del que a saber lo que os voy a traer. Sólo yo lo sé, y tampoco os lo diré.

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Relatos de las Catacumbas
EspiritualPerséfone nos narra diferentes historias, reales o no, relacionadas con otras criaturas sobrenaturales como ella misma durante el mes de Octubre. Una por cada día del mes. Twitchtober mitológico organizado por Aquila_Inferna en Twitch, quién permite...