Alas irisadas

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Buenas tardes y bienvenidos un día más a Relatos de las Catacumbas. Soy Perséfone, la que condenó a Pirítoo a brasas eternas. En el relato de hoy volvemos a hablar de ángeles. De hecho, de uno muy concreto. El amante de Lucifer.

Ezequiel es posiblemente el segundo arcángel más bello creado por el dios hebreo. Él y Lucifer ya eran cercanos antes de la revuelta, y jamás dejaron de serlo a pesar de ser Lucifer un caído que había perdido por completo su divinidad, su brillo y el color flamígero de sus alas y cabello, volviéndose de un color cobrizo oscuro.

En cuanto a Ezequiel, pasó a ser el más bello de los ángeles, con sus alas irisadas. Le hacía sombra al mismísmo arcoíris cada vez que las abría. Era la envidia de todos sus compañeros arcángeles, quiénes ni siquiera se acercaban a su belleza.

El día en el que fue lanzado al abismo, parte de su luz y su color se apagaron, pero sus alas siguen siendo de las más bellas jamás creadas incluso sin esa luz tan característica.

Y hasta aquí el relato de hoy, tampoco hay mucho más que contar. La parejita no me lo permite. Nos vemos mañana con otro relato también relacionado con ángeles caídos.

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