R es de Reina-Como-Debes (#3)

Capítulo 15: Maldita empatía

Viva.

Debería haberla mandado a matar, y la había pedido viva. Loki debía de estar riéndose de mí, y yo definitivamente había caído en el masoquismo. Debería haberle ordenado al drapsmann que le di la orden que la matase, esa había sido la recomendación de Bass apenas la había visto la primera vez y no dudaba de la sabiduría de mi amigo en cuanto a temas sociales de brujos. ¿Entonces por qué demonios la había pedido viva? Lo sabía perfectamente. Porque había visto el modo en que esa bruja había mirado a Robin, y sabía el modo en que él quedaría cuando la perdiera.

Tenía sentido que Valerie quisiera ponerse en contacto con los alquimistas. ¿Quiénes más podrían darle un suministro ilimitado de plata? Esos seres eran capaces de crear cualquier cosa a partir de poco y nada, dudaba que para los brujos resultara tan fácil conseguir plata. Tan solo esperaba que James hubiera llegado a tiempo con su advertencia e interceptar a esa chica antes que cualquier trato entre ambas especies se cerrara. Apenas había podido dormir durante la noche mientras pensaba en todas las cosas de las cuales tenía que ocuparme. Al menos Bass ahora estaba de pie de nuevo, y podía causar travesuras por la corte sin andar tosiendo sangre por allí.

—¿Qué es lo que atosiga tu mente ahora, Nina?

Le sonreí a Kian cuando hizo una pequeña reverencia al pasarse delante de mí. Se suponía que había dicho que era mi drapsmann personal para evitar que los nobles me pusieran a alguien encima. ¿No? Entonces cada tanto una pequeña muestra de que en realidad lo utilizaba, en vez de dejarlo pasear a su libertad y estar cerca de Vali, no mataba a nadie. Además, si alguien tenía que vigilarme, prefería por mucho que fuera él a cualquier otro desconocido. Aunque seguía sin acostumbrarme del todo al verlo completamente de blanco, al menos esta vez no había manchas de sangre visibles.

—Estoy frustrada —respondí cambiando a una posición más cómoda en mi trono—. No estoy acostumbrada a quedarme sentada y esperar que otros hagan las cosas por mí.

—Estás haciendo mucho más de lo que crees.

—¿Soportando reuniones, discutiendo con nobles y dando órdenes?

—Reinando en medio de una guerra.

—¿Entonces por qué siento como si no estuviera haciendo nada?

—Estás acomodando las fichas para tu victoria. Es tedioso, y parece que no haces nada, pero es uno de los movimientos más importantes y esenciales en un campo de batalla. Ahora no lo notarás, pero necesitas darle tiempo y pensar en perspectiva —dijo Kian calmadamente y se detuvo a mi lado—. Sé que para ti todo parece corto e intenso, pero la vida no siempre tiene ese ritmo.

—No soy una chica paciente, Kian.

—Lo sé. Pero algunas cosas no las podemos apresurar. Apenas llevamos unos días en la corte, y has pedido cosas que no se pueden hacer de inmediato.

—Esto es peor que los nueve días en el Helheim.

—Al menos esta vez eres tú quien está a cargo del lugar, y no Hela.

—Cuéntame algo interesante, me aburro y todos con los que me gustaría pasar el rato parecen estar ocupados o me evitan.

—¿Lo hacen?

—Quizás tuve una charla ligeramente tensa con Holland ayer así que me está evitando —dije y me encogí de hombros—. Bass se está poniendo al día con los nobles para compartir la información que sabe de los brujos. Vali siempre está ocupado, quién sabe con qué. ¿Tú lo sabes?

—Me gustaría, pero hay cosas que incluso yo desconozco de él.

—Parece obsesionado con Robin últimamente.