Capítulo 7: Mukuro Rodoku

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- Kufufufu, pronto, pronto... - Pronto tendría en su poder a ese idiota del Decimo Vongola y con el-

Tsuna solo rodo los ojos, ya había pasado la etapa del miedo luego de varios días en esto. Mukuro se reusaba a escucharlo, y los otros dos lo ignoraban brutalmente, a menos que les advirtiera de algún peligro claro está. Y esto último se debía a que las veces que ignoraron sus advertencias terminaron con malos encuentros... Cielos, no recordaba que tratar con estos chicos fuera tan cansón...

-... Muku-Oh por el amor de-¡Puff!-Dios...

- ¡Opps!, ¡mil perdones caballeros! – Dicho esto, el inventor tomo su nuevo invento (imperfecto) y se volvió a subir a su navecita de Dr. Eggman. Tenía muchos asuntos que atender, y su padre de seguro quería ver su nuevo invento lo más pronto posible.

Ken intercambio mirada con los otros dos, incluso el ilusionista tenia cara de perdido, pues no sabían ni de donde había salido el hombrecillo, ni mucho menos que había ocurrido. No obstante, luego de un momento de duda, simplemente se encogieron de hombros y volvió cada uno a lo suyo...

Para Ken, era simplemente volver a aburrirse y quejarse con el otro, mientras vigilaban la zona, y para el chico del gorro... si no estuviera tan acostumbrado a esto, ya hubiera mandado a callar ya sea al ilusionista o al gorila puercoespín o ambos. No sabía que era peor, las quejas o la risa medio perturbadora medio científico loco... o ambas. Era una suerte, al menos en ese momento, que Mukuro necesitaba ir a su segunda sesión diaria de pelo, y eso tardaba al menos una hora, así que solo tenía que buscar algún dulce que entretuviera al otro chico y listo, estaría en paz y en silencio por un par de minutos al menos. Y si el fantasmita estuviera cerca, o al menos supiera donde, podría usarlo de distracción...

¡Crash! ¡Crash!

- ¡Itaaa...! - ¿En dónde demonios había caído?, le dolía el trasero... - Al menos no tiene espinas...

Tsuna se estremeció de solo pensarlo, y sin querer mirar abajo, se levantó solo para quedarse parado sin saber que pensar... En primer lugar, estaba muy seguro de que no estaba allí hace unos segundos. En segundo lugar, no sabía en donde estaba o porque todo parecía gris y blanco y medio claustrofóbico. En tercer lugar... ¡Ni siquiera sabía en donde rayos se encontraba por el amor de Dios!

- ¡Solo cállate niño! - ¡Crash!

El pánico de Tsuna desapareció tan pronto vio al "niño". Su primera reacción fue ir a ayudarle y preguntar cómo se encontraba, pero se detuvo a unos pocos pasos del niño. ¿La razón?, era un ser básicamente invisible, en lugar de ayudar solo haría las cosas peor si se acercaba ahora. Acercarse y asustar sin querer queriendo a un adulto o a un adolescente era una cosa, pues ellos creerían que se habían imaginado lo ocurrido, o creerían que se estaban volviendo locos antes de pensar que estaban siendo perseguidos por entes sobrenaturales o algo aún más loco...

Bien el niño podría no ser afectado la gran cosa, podría incluso creer que era su amigo imaginario, o podría pensar algo tan radical como que estaba en el paraíso o un familiar estaba de vuelta. Podría estar exagerando enormemente, lo sabía, pero no sabía cómo podía reaccionar el niño o las consecuencias que podría acarrear sus posibles acciones. Lo que menos quería era hacer las cosas peor, y por lo que veía, este lugar no era un lugar muy seguro para un niño, o para confiar en los adultos...

Frunciendo el ceño, Tsuna decidió explorar el lugar en silencio, asegurándose de no perder el lugar en donde estaba el niño. Volvería en cuanto supiera mejor como era el lugar, por si tenía que preocuparse por personas paseándose por los pasillos, por cámaras y quien sabe qué otra cosa que francamente desearía no tener que pensar...

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now