Capítulo 13: Final

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 -... todo está hecho... - Murmuro para si Tsuna, suspirando profundamente.

De esta forma, se apoyarían entre sí, y saldrían adelante. Esperaba que funcionara, y que no se agotara su suerte, quería que fueran felices incluso sin él. Todos estaban mejor ahora, y vaya que eso sí que era un consuelo para él.

-... No creo que se acuerden mío por unas horas... - Murmuro para sí, bostezando.

Todavía era algo incómodo tener que estarle robando la cama a alguien, o un cuarto de hotel, pero ya se le estaba haciendo costumbre. Además, no había nada como hogar dulce hogar... cosa que ya no existía. Por ahora, esperaba que no ocurriera ningún desastre nivel nuclear... mientras estuviera tomando prestada la habitación de un cuarto de hotel. No, no estaba lo suficientemente loco como para quedarse en un lugar común en donde lo pudieran encontrar o le pudieran pasar incluso por encima por accidente... al menos no otra vez...

-... Hmmm... - Se estiro, y bostezo profundamente, para luego mirar hacia la ventana perezosamente. -... ¿aún es de día? – Confundido, miro un reloj. – ¡Ieeee!, ¡dormí un día completo!

Bueno, suponía que tenía sentido, había estado muy cansando con tanto viaje y locura... aunque lo cansado se había vuelto algo un tanto común ahora. Aún estaba algo cansado, pero no quería volver a dormir... ¿Qué podía hacer para pasar el tiempo?, hmmm...

-... Puedo pedir prestado algunos mangas... - De nuevo, pensó con vergüenza. No era como si pudiera pagar... aunque no lo iba a robar. Solo los tomaría, los leería y luego los volvería a colocar en su sitio.

Con otro bostezo, esta vez uno leve, se dirigió al baño a arreglarse en silencio. Una vez que estaba listo, fue a la ventana para abrirla y saltar por esta. Luego de muchos sustos y malas situaciones, saltar por una ventana era casi completamente normal, en especial cuando no quería toparse con nadie. Y en ese momento no quería ni ver su sombra.

En el mismo sitio, en la planta baja...

-... ¿Cuánto tiempo puede dormir alguien? – Pregunto Yamamoto con una mueca a Gokudera, un tanto preocupado, un tanto irritado, y con muchas ganas de abrazar a Tsuna y reclamarle unas cuantas cosas.

- Lo normal: 8 horas. – Gokudera no estaba mejor, incluso si estaba concentrado escribiendo en su Biblia. – Aunque si tomamos en cuenta la forma en la que ha estado abusando de sus llamas y su baja resistencia en conjunto con la poca energía que le queda, estaría sorprendido si se hubiera despertado antes de medianoche. – Resumió con el ceño fruncido, levantando la vista de su Biblia. - ¿Quieres ir a chequear?

- Si, no hay mucho que arreglar aquí y las chicas están haciendo la comida... - Y los demás estaban alistando los últimos preparativos...

- Vamos entonces... - Cerro la Biblia, y ambos chicos se dirigieron a la habitación en donde debería estar durmiendo cierto jefe Vongola... - ¿No está?

-... No está, ni en la habitación ni en el baño... - Yamamto salto de inmediato a revisar, asustado, preocupado, y con ganas de ahorcar a Tsuna por preocuparlos así.

-... La ventana. – Señalo Gokudera palmeándose la frente.

Debió de habérselo imaginado, Tsuna se había acostumbrado a esquivar y/o ignorar todos aquellos caminos que pudieran hacerlo topar con gente. No era la primera vez que les hacía esto, pero... no debió ni de haberse dado cuenta que estaba en casa.

- Llama a los chicos... - No les quedaba de otra, no si querían encontrarlo rápido antes de que hiciera alguna locura.

Mientras tanto, cierto jefe mafioso caminaba tranquilamente por los callejones de la ciudad. Tsuna se sentía algo perplejo, pues no recordaba haber regresado a Namimori, pero por los momentos no era su máxima prioridad, tampoco sería la primera vez que se quedaba dormido en un avión (o se iba en uno equivocado). Por otra parte, si no fuera un "fantasma" no estaría tan tranquilo caminando por callejones casi desiertos y con mala pinta. De hecho, Tsuna estaba tan acostumbrado a ser un "fantasma" que no se dio cuenta en cómo la gente lo estaba mirando (como si le hubiera salido una segunda cabeza), ni de que algunas personas trataron de dirigirse a él solo para quedar con la palabra en la boca.

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now