Capítulo 11: Reborn

447 39 0
                                    

-... si, si, ya está hecho. - Señor, si tenía que repetir lo mismo una vez más iba a correr sangre. - Espero mi paga en la forma usual. - Dicho esto, corto sin importarle cualquier cosa que pudiera decir su cliente.

Con un suspiro, se acomodó en su silla y tomo su preciado café, mirando de reojo como León seguía comiendo un trozo de torta de chocolate el solo. No iba a ponerse a rendir cuentas, mucho menos ante un cliente como aquel. Era el mejor asesino a sueldo del mundo, ¿por qué tenía que dar explicaciones, pruebas e incluso evidencia para probar que asesino satisfactoriamente a un civil común y corriente?, a veces se preguntaba para que se molestaba en tomar esa clase de pedidos, ya que obviamente dudaban de que en verdad fuera el mejor asesino a sueldo del mundo... tendría que recordárselo más tarde, al igual que el resto de esos infelices.

-... ¿Cuál hacemos ahora León? – Pregunto Reborn, tomando un sorbo de su preciado café mientras le enseñaba a su fiel compañero una lista de trabajos, una larga lista de trabajo...

Ser el mejor asesino a sueldo del mundo tenía sus ventajas, como una larga lista de solicitudes con grandes recompensas. Era algo que hacer cuando estuviera aburrido o quisiera desquitarse con alguien, aunque en la mayor parte del tiempo era una terrible molestia, en especial de limpiar.

- Ninguna, ¿huh? – Reborn sonrió un tanto divertido, sin recoger la hoja que León había bateado al suelo, mientras que su compañero regreso a su comida como si nada hubiera pasado.

Debía de habérselo esperado, él era igual con el café después de todo. Sin pensarlo mucho, tomo el periódico, luego de leerlo pasaría a-¡Smash!

- Reborn-san, disculpe la intromisión... - La chica temblaba de arriba abajo, maldiciendo su suerte. ¿Por una vez en su vida no podría haberle ido mejor en papel, piedra y tijeras? – Tiene una llamada urgente de Timoteo Von-

- Voy para allá.

- go-¡sí! – Salió corriendo como alma que lleva el diablo. ¡No quería morir!, tenía familia, ¡y era demasiado joven aun!

Sin la más mínima preocupación u interés en la empleada que acababa de cometer la fatalidad de entrar en su habitación sin permiso algo, Reborn salió de la habitación, directo a la zona de llamadas privadas del hotel con solo dos cosas en mente. La primera de estas siendo porque Nono quería hablar con él y pudiera ser tan urgente. La segunda era que había poseído a Nono para mandar a ubicarlo y a llamarlo al hotel y no a su teléfono celular, le irritaba y le molestaba también, pero eso podría desquitárselo con el culpable más tarde.

- Reborn-san. – Saludo uno de los gerentes, mostrándose lo más formal posible e ignorando olímpicamente al resto de los empleados que escapaban del sitio. – Por aquí por favor, Timoteo-san lo está esperando.

Reborn asintió leventemente, por mayormente educación, y siguió al gerente.

- Buenas tardes Reborn, ¿cómo te ha tratado la vida viejo amigo? – A pesar de que Nono sonreía amble y felizmente y su tono de voz era muy amistoso, por dentro el anciano estaba aterrado de lo que posiblemente pasaría una vez que terminara la conversación...

Unos días más tarde, Reborn bajo de un jet a un lugar que no pensaba visitar hasta fin de año. No había ninguna sonrisa en su rostro, y la gran mayoría de las personas se alejaban de él temiendo por sus vidas más de lo usual. León solo estaba felizmente sonriendo en el sombrero de su amo, disfrutando del paseo. Todo estaría mejor y quizás hasta incluso más pacífico si cierta persona-

- ¡Mira amor!, es un perfecto lugar para nuestra cita, ¿no lo crees? – Bianchi no parecía sentir en lo absoluto ninguna de las malas vibras que desprendía el Arcobaleno del Sol. Eso, o su amor hacia dicho asesino a sueldo era quizás un poco demasiado grande.

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now