Especial 2: ???

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Tsuna paseaba tranquilamente por las calles de la ciudad, tratando de pasar un buen rato y relajarse, por no hablar de olvidar el gran desastre que había ocurrido hace tan solo unas pocas horas atrás. Realmente no entendía porque demonios tenían que volar la casa blanca en una misión de solo búsqueda de información. Todo ese papeleo... y de segura conseguiría más cuando regresara, porque se había más que escapado. Reborn lo iba a matar, pero en ese momento no le importaba.

Nadie le estaba prestando mucha atención, gracias a Dios, se había ido algo lejos para que al menos pudiera pasar una hora por su cuenta sin tener que preocuparse porque algo saliera volando en mil pedazos, y por el papeleo que eso tendría como consecuencia. Podría jurar que las dinamitas de Gokudera eran mágicas, porque no importa cuántas confiscara, nunca parecían agotarse. Y eso era solo hablando de su guardián de la tormenta y no de los otros 6 guardianes que siempre tenían que destruir algo... El más tranquilo era Yamamoto, y aun así tenía que tener cuidado porque dicho guardián podría destruir todo un edificio en un abrir y cerrar de ojos si pensaba que eso ayudaría en algo.

- ¡Una torta de chocolate! – Exclamo al pasar por una tienda de dulces.

Sin pensarlo dos veces, y con una sonrisa en su cara, entro en la tienda a comer un trozo de esa torta de chocolate, ¡incluso tenia fresas!, no podía perderse algo así. Todos sus problemas parecieron disiparse con ese pastel, y el té también ayudo mucho. Claro que no solo se quedó en un pastel, pues salió de la tienda con un Banana Split. Que le digan glotón, gordo, lo que sea, no le importaba, andaba más que feliz en esos momentos como para siquiera prestarle la más mínima-

-... y el Señor dijo: no usaras dinamita para destruir a tus enemigos sin provocación alguna. – Dijo una voz sumamente seria a través de unos parlantes.

Tsuna se detuvo, perplejo, pero sin dejar de devorar su delicioso helado. La verdad, a Tsuna no le cuadraba lo que acababa de oír en nada religioso. Tenía que ser religioso, la voz venia de una iglesia muy bien arreglada y grande. Tsuna comenzó a sudar frio al ver que en lugar de una cruz había una llama naranja.

-... Al Señor no le agrada que amenacemos a nuestros amigos, ni a nuestros enemigos, en especial si es con hacerles tragar dinamita, cortarle la yugular, o morderlos hasta la muerte. Como pueden ver en las escrituras, el Señor es un ser muy amable y misericordioso, no le gustan las luchas, y siempre le gusta ayudar a otros. – Continúo predicando el pastor.

La iglesia estaba repleta de gente, y la gran mayoría estaba atenta a lo que decía el sacerdote, quien estaba predicando muy seriamente la palabra del Señor. El único problema, al menos para Tsuna, es que estaba casi seguro que en los tiempos de Jesucristo no había dinamita, y mucho menos gente mordiendo hasta la muerte a quien sean... no podría haber habido un Hibari-san en esos tiempos, ¿verdad?

- Hermanos, nuestro Señor es misericordioso, pero no por ello debemos de portarnos mal. Para hacerlo feliz, debemos de tratarnos bien unos a otros, tolerar nuestras diferencias, y buscar soluciones pacíficas a todos nuestros problemas si se es posible, al igual que ayudar a otros... - Tsuna ya no le estaba prestando mucha atención al sacerdote.

Mientras que lo último se oía muy similar a lo que hubiera esperado de cualquier sacerdote, Tsuna estaba más "interesado" en lo que estaba justo detrás del cura. Olviden a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, pues ninguno de los tres estaba allí. Los Santos, la Virgen María... ninguno. Estaban eran las siete e inconfundibles llamas del cielo, junto con objetos que solía utilizar... Era casi imposible no fijarse en el anillo de Natsu en el altar, ni tampoco en las esculturas de barras de chocolate ni... ugh.

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now