Capítulo 8: Dino Cavallone

469 41 1
                                    

-... no, no es alto, más bien es más bajo que el sacerdote que tenemos aquí.

- ¡OYE! – Gokudera se quejó inmediatamente, pero no se molestó, andaba más maravillado que otra cosa. - ¿De qué va vestido?, ¿qué usa?, ¿Qué-

- Pues-Oh, ¡usa un uniforme como ese!, o usaba la primera vez que lo vi, le di otra ropa...

- ¿Esa ropa? – Incluso Chrome parecía sorprendida. – Uno pensaría que Tsuna-sama-

- ¡Oh!, ustedes deben ser los que Tsuna ha estado mencionando, ¿por causalidad algunos de ustedes se llaman Mukuro, Gokudera, Chrome...? – Se detuvo un momento el chico con el bate. - y ya se me olvidaron los otros, hahahaha.

Yamamoto siguió riéndose, ¿qué de otra le quedaba?, aunque se preguntaba como Tsuna conocía a gente que obviamente no era de Japón...

- Oya, oya, Takeshi Yamamoto, ¿no es así? – Takeshi pestañeo, pero siguió sonriendo.

- Si, ese soy yo. Tsuna me pidió que les diera la bienvenida. – Sonrió un tanto culpable. – Hubiera venido el mismo, pero me temo que Hibari está de buen humor hoy y está jugando con Tsuna... - Mas como que tratando de morder hasta la muerte a un ser invisible... - Ma Ma, deben de estarse divirtiendo.

-... ¿Cómo juegas con un ser invisible? – Pregunto Chrome, perpleja, abrazando a Lambo, quien estaba atiborrándose de dulces otra vez.

- No tengo idea, hahaha. – No tenía ni la más mínima idea de cómo Hibari era capaz ahora de localizarlo... - Tsuna no me hablo de un rubio...

- Ah, él es Dino-san, es un amigo mío. – Gokudera fue el que respondió, ya con su blog de notas afuera y un bolígrafo en mano. - ¿Cómo ha estado Tsuna-sama?, ¿qué-

- Kufufufu, no te adelantes tanto, soy Mukuro Rodoku chico, ella es Chrome Doroku, este chico con la biblia es Hayato Gokudera, este niño de aquí es Lambo, y él es Dino. – Señalo al rubio sin importancia. – Ellos dos son amigos míos, Ken y Chikusa. Creo que no falta más nadie...

- ¡No importa si falta gente o no!, ¡yo quiero saber de Tsuna-sama!

- Pues vamos a saber de él mientras vamos caminando, ¿te parece? - ¿Por qué se sentía como si estuviera a carga de un grupo de niños? - ¿Podemos ir a ver a Tsuna?, sino deberías de buscar-

- Romario ya hizo los arreglos para un hotel, Mukuro-san.

Si alguien le preguntaba a Dino que opinaba de todo esto, la verdad el no sabría qué decir. Era increíble como gente que no se conocía en lo más mínimo se habían agrupado de forma tan impredecible solo por una persona. Si le preguntaban si creía que esa persona era invisible... pues no estaba tan seguro. Por supuesto, había visto muchísimas cosas raras y extrañas en su corta vida... pero le era demasiado raro que un ser que nadie podía ver pudiera ocasionar este tipo de atracción en las personas.

-... ¿Qué está haciendo ese tarado? – Fue lo primero que salió de la boca de Gokudera al ver al prefecto saltando de techo en techo algo irritado, pero sonriendo con satisfacción, y tratando de golpear aire aparentemente.

Él no era el único pensando en que quizás Hibari había perdido la cabeza, pero a diferencia de ellos...

- Kufufufu, no sabía que podías saltar tanto Tsunayoshi-san. – Llamo en voz alta, juguetonamente, el ilusionista.

- ¡No es culpa mía que Hibari-san me quiera morder hasta la muerte! – Muchos se rieron al oír eso. - ¡Hibari-san!-¡Crash!

Bueno, había que reparar otra pared...

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now