Capítulo 5 "Una promesa con un guardián"

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La voz de Rave resonó en la cabeza de Camille junto con un graznido que le dejó doliendo las sienes, tanto ella como Rize dieron un respingo sobresaltados y vieron a Rave junto a ellos, ambos habían estado tan ensimismados que no lo habían notado hasta que habló.

— ¿Cómo puedo verte? — susurró Camille, procurando no mover mucho los labios.

Un portador puede ver a su guardián siempre y a todos los guardianes que ronden en este mundo, bueno, si estos quieren ser vistos... Yo no me habría dejado ver a menos que no me hubiera causado tanta gracia verte tratar de acercarte a Zed.

El cuervo se rió, burlándose del fracaso de la joven, menos mal estaban a una distancia prudente y dudaba que Zed pudiera escuchar esa conversación. De ser así, ella estaría sumamente apenada.

¿Quién es la joven junto a tu portador? preguntó Rize.

No es de su incumbencia.

Rave rió de nuevo y justo en ese instante, Camille se percató de cómo Zed comenzaba a mirar de un lado a otro mientras se levantaba de la mesa junto con la chica, seguramente buscando a Rave... Sin pensarselo dos veces, agarró al cuervo del cuello y lo apretó junto a su pecho mientras se ocultaba tras una columna, mantuvo el pico del animal cerrado y le indicó a Rize que no se dejara ver, a lo que el zorro respondió.

Solo me dejaré ver por ti, Camille.

El cuervo se revolvía en sus brazos queriendo escapar, en un principio, Camille pesó que tanto Rize como cualquier otro guardián sería inconsistente, como un fantasma pero como no había tocado a su guardián hasta entonces, fue solo cuando agarró sorpresivamente a Rave que notó que sí eran tangibles... más o menos, no se sentían del todo, ella imaginó que así se sentiría tocar una nube si pudiera.

Se asomó justo para ver a Zed y a la joven irse hacia el otro lado de la cafetería, tomados de la mano. Camille suspiró y enrojeció cuando notó que otro estudiante la miraba extrañado debido a su comportamiento, ella alejó la mirada y se precipitó por un pasillo hacia los baños, agradeció a todos los dioses cuando notó que el baño de mujeres estaba vacío.

Sólo entonces dejó ir a Rave.

¡Eres mucho peor que Miranda! ¡¿Cómo se te ocurre agarrarme así?! gritó Rave indignado, volando de un lado al otro.

Camille resopló.

— ¡Espera! — alzó la voz cuando el cuervo mostró intenciones de irse — ¡No le comentes a Zed sobre esto!

¿Por qué debería guardar tu pequeño secreto, niña?

Estamos en el baño de mujeres, esto es incorrecto de parte de Rave y mía, aportó Rize.

Camille ignoró a Rize deliberadamente, pues en ese preciso instante no le interesaba lo que era correcto y lo que no, menos aún teniendo en cuenta que ellos no eran visibles para el resto del mundo y en caso de que alguien entrase, simplemente pensaría que ella estaba hablando sola.

— ¡Por favor, Rave! — suplicó la joven mirando fijamente al cuervo. Por alguna razón, quería mantener en secreto el hecho de que estudiaban en la misma universidad, de hecho, que están tan cerca en sus vidas ordinarias — Podemos hacer un acuerdo ¿Te parece?

A Rave le brillaron sus pequeños ojos, se acercó y miró a Camille con interés.

¿Cuál es tu propuesta?

En ese instante a la joven no se le ocurrió nada, no tenía nada para otorgarle al cuervo a cambio de su silencio.

— Tú jamás me viste aquí, en este mundo jamás me has encontrado. Te deberé un favor, lo que desees, cuando lo desees.

IlusiónWhere stories live. Discover now