[4] La Noticia

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IV

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IV

Morgan.

Después de agradecerle a Lyla, comienzo a toser y no puedo parar.

Lyla me ayuda a sentarme, aún tosiendo, me inclino hacia adelante y vomito un montón de agua mezclada con sangre, mis pulmones ardiendo es como si todo este tiempo que estuve en el hogar de los Durmientes me hubiese estado ahogando y quizás eso fue lo que pasó.

—Va a pasar.— Lyla me asegura y me da palmadas en la espalda.

Y afortunadamente tiene razón, pasa y me deja hecha un desastre, sangre manchando mi ropa, mi mentón y mi garganta. La debilidad que recorre mi cuerpo es una que jamás he sentido, ni siquiera cuando pasaba días sin alimentarme. Mis brazos se sienten pesados al igual que mis piernas, apenas puedo mantenerme sentada. Estoy a punto de hablar cuando observamos movimiento en la tierra donde mi sangre ha aterrizado, pequeñas raíces verdes emergen de la tierra y crecen hasta que flores de diferentes colores emergen de ellas.

Me recordó a ese recuerdo que vi en la mente de Kain, cuando sus lágrimas cayeron al suelo y flores surgieron. Lyla está sorprendida a mi lado, la confusión clara en su expresión pero no dice nada y entonces lo recuerdo: Ella es una sobreviviente de la Purificación, así que es posible que no recuerde la verdad sobre mi, que no recuerda lo que soy realmente.

—¿Estás bien?— ella me pregunta, poniéndose de pie y ofreciendo su mano para ayudarme a levantarme. La tomo, tambaleándome un poco al estar de pie.

—Aún no lo sé, me siento... muy débil.

Y diferente.

No sé como explicarlo pero mi cuerpo se siente diferente, es como si la Purificación lo hubiera afectado de una forma profunda que no puedo entender.

—Necesitas alimentarte.— Lyla me dice, —estoy segura de que podemos encontrar algún humano cerca, no estamos lejos de los escudos Gulch.

No soy un vampiro convertido, Lyla, soy un Purificador, la especie más poderosa en el mundo. Necesito un Purasangre.

Necesito...

Mi pecho palpita de golpe, haciéndome curvar mis manos por la presión, ¿qué pasa? como si mi cuerpo supiera exactamente donde ir, comienzo a moverme a la salida de esta cueva.

—¿Morgan? ¿A dónde vas?— ella me sigue pero no me detengo, —estás muy débil, yo buscaré el humano y lo traeré a ti.

La brisa nocturna me recibe, moviendo mi cabello mojado hacia atrás ligeramente, estamos en un desierto, sin importar donde mire solo puedo ver arena, dunas de arena. El cielo está despejado, exponiendo una hermosa luna llena que me recuerda aquella noche que me atacó un Cruentus, siento que fue hace tanto tiempo, tantas cosas han pasado desde esa noche.

Tantas cosas han cambiado.

Mi vida era mucho más simple en ese entonces, solo era una convertida en un clan muy unido cuya experiencia máxima en el amor era un enamoramiento no correspondido por el líder: Aidan. Ahora, soy una Purificadora con una relación por restaurar con su hermano, con el miedo de que los miembros de dicho clan no hayan sobrevivido la Purificación que yo hice, sobrellevando un amor doloroso, complicado y profundo porque yo misma he acabado con el Purasangre que amé, que aún amo.

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