Capítulo 2

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Poco tiempo después, Laura acabó por fin sus deberes. Eran de matemáticas, ¡qué rollazo!, pero al menos creía que le habían salido bien y que estaba mejorando con los temas de este trimestre. Satisfecha pero cansada, apagó el ordenador y el flexo y dejó las cosas preparadas para el instituto.

Se deslizó dentro de sus sábanas verdes para entrar en calor. Fuera hacía frío. En casa no se escuchaba nada, su familia dormía. La medianoche llegó, entre el sonido de la lluvia, que arreciaba.

Laura suspiró. El día había sido realmente agotador. Se acurrucó y cogió el móvil para escribirse con sus amigos por whatsapp hasta que el sueño se abriese camino.

Primer resplandor. Un relámpago. La lluvia ahora era tormenta. La luz anaranjada de la farola de la calle llegaba velada por el manto de agua. El trueno lo llenó todo con su estruendo.

Laura tuvo una idea para repasar filosofía para el examen de pasado mañana.

Tenía en su whatsapp un grupo en el que estaba únicamente ella. Lo usaba para pasarse archivos entre el teléfono y el ordenador. Se puso a escribir las teorías que entraban en el examen, a modo de repaso.

Su mente estaba realmente despierta esa noche, a pesar del agotamiento físico de su cuerpo. La música de antes y la tormenta de ahora la habían reactivado. Sin darse cuenta se había sentado en la cama. Casi podía sentir electricidad en la punta de sus dedos. Tecleaba a buen ritmo, y solo paraba para ponerse un mechón de pelo travieso detrás de la oreja.

A Laura le encantaba rebatir las teorías filosóficas, tenía un talento especial para ello, pero esa noche quería verlo reflejado por escrito, así que se dispuso a elaborar una conversación ficticia entre dos personas. Una era ella, pero, ¿y la otra? La respuesta no tardó en llegar.

Llegó con el siguiente trueno: L.V. Daphne.

Daphne era su alter ego, su personaje imaginario que escribía muchas de sus historias en la página de relatos Wattpad. Una misteriosa y atractiva pelirroja de ojos verdes.

En el diálogo ficticio, Daphne rebatía teorías con brillantez. Laura imaginaba a Daphne tecleando desde su casa, con su móvil, con sus ojos verde esmeralda brillando en la penumbra, con una sonrisa juguetona. Con los rizos pelirrojos cayendo a los lados de su cara pálida y suave, cubierta de pecas.

Laura escribió durante largo rato, pensando en mostrarle fragmentos a su profesor de filosofía a la mañana siguiente, ya que la conversación era genial. Se volvió a tumbar, el sueño se fue abriendo paso. La tormenta continuaba fuera. El cansancio llegaba a sus dedos. Soltó el teléfono. Respiró.

Inspiró.
Espiró.
Se durmió.
Esa noche ocurrió algo extraño.

ESA NOCHE OCURRIÓ ALGO EXTRAÑOWhere stories live. Discover now