Post scríptum

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BARCELONA, ABRIL DE 2015

Era casi de madrugada. Daphne estaba sentada frente a su escritorio, terminando los deberes, mientras escuchaba su lista de canciones favoritas con sus nuevos auriculares negros. Eran unos cascos grandes que la aislaban del sonido exterior. La música la transportaba a un cúmulo de sensaciones encontradas. Cerró los ojos, se dejó llevar.

Los abrió al finalizar la canción actual. Bajó la vista a su cuaderno, donde había una hoja llena de garabatos. Los contempló fijamente, reprimiendo una sonrisa. Algo llamó la atención de su olfato. Olor a tierra mojada. Se quitó los cascos y miró hacia la ventana.

Llovía.

Daphne sonrió.

...

Poco tiempo después, Daphne acabó por fin sus deberes. Eran de física, ¡qué rollazo!, pero al menos creía que le habían salido bien y que estaba mejorando con los temas de este trimestre. Satisfecha pero cansada, apagó el ordenador y el flexo y dejó las cosas preparadas para el instituto.

Se deslizó dentro de sus sábanas moradas para entrar en calor. Fuera hacía frío. En casa no se escuchaba nada, su familia dormía. La medianoche llegó, entre el sonido de la lluvia, que arreciaba.

Daphne suspiró. El día había sido realmente agotador. Se acurrucó y cogió el móvil para escribirse con sus amigos por whatsapp hasta que el sueño se abriese camino.

Primer resplandor. Un relámpago. La lluvia ahora era tormenta. La luz anaranjada de la farola de la calle llegaba velada por el manto de agua. El trueno lo llenó todo con su estruendo.

Daphne tuvo una idea para repasar filosofía para el examen de pasado mañana.

Tenía en su whatsapp un grupo en el que estaba únicamente ella. Lo usaba para pasarse archivos entre el teléfono y el ordenador. Se puso a escribir las teorías que entraban en el examen, a modo de repaso.

Su mente estaba realmente despierta esa noche, a pesar del agotamiento físico de su cuerpo. La música de antes y la tormenta de ahora la habían reactivado. Sin darse cuenta se había sentado en la cama. Casi podía sentir electricidad en la punta de sus dedos. Tecleaba a buen ritmo, y solo paraba para ponerse un mechón de pelo travieso detrás de la oreja.

A Daphne le encantaba rebatir las teorías filosóficas, tenía un talento especial para ello, pero esa noche quería verlo reflejado por escrito, así que se dispuso a elaborar una conversación ficticia entre dos personas. Una era ella, pero, ¿y la otra? La respuesta no tardó en llegar.

Llegó con el siguiente trueno: Laura

Laura era su alter ego, su personaje imaginario que escribía muchas de sus historias en la página de relatos Wattpad. Una misteriosa chica morena de ojos muy oscuros.

En el diálogo ficticio, Laura rebatía teorías con brillantez. Daphne imaginaba a Laura tecleando desde su casa, con su móvil, con sus ojos negros brillando en la penumbra, con una sonrisa juguetona. Con un mechón moreno cayendo a un lado de su cara pálida y suave.

Daphne escribió durante largo rato, pensando en mostrarle fragmentos a su profesor de filosofía a la mañana siguiente, ya que la conversación era genial. Se volvió a tumbar, el sueño se fue abriendo paso. La tormenta continuaba fuera. El cansancio llegaba a sus dedos. Soltó el teléfono. Respiró.

Inspiró.

Espiró.

Se durmió.

Esa noche ocurrió algo extraño.


FIN

ESA NOCHE OCURRIÓ ALGO EXTRAÑOOnde histórias criam vida. Descubra agora