Capítulo 19: Por favor, acaba con tu vida.

9 3 19
                                    

Me movía con rapidez por nuestro campo de batalla, evitando cada uno de los ataques de mi progenitora con agilidad, aunque poco a poco estaba pisándome los talones

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me movía con rapidez por nuestro campo de batalla, evitando cada uno de los ataques de mi progenitora con agilidad, aunque poco a poco estaba pisándome los talones. No sabía el porqué, sin embargo, ahora era más fuerte que nunca, rompía mis defensas en cuestión de un pestañeo.

—¿De verdad pensabas que podrías derrotarme? —se burló tomándome de la muñeca para girarme y estamparme en contra de un árbol lejano. —Tu llevas solo un año siendo una bruja de sangre. ¡Yo llevo la vida entera! —exclamó acercándoseme a toda velocidad.

Me recuperé del golpe y la esquivé como pude. Aproveché ese momento para atacarla por la espalda, corriendo hasta ella con espada en mano, no obstante, sus poderes intentaron atacarme y los míos me defendieron parcialmente, pues mi mejilla derecha quedo afectada por un pequeño corte.

—Maldición. —susurré entre dientes alejándome lo suficiente para tratar de idear un plan de ataque.

Charis no descansaría hasta que cayera muerta en sus brazos, todo en ella lo hacía evidente, en especial sus ojos cargados de odio. Definitivamente no me veían como una hija miraría a su madre, pero tampoco como si estuvieran posados sobre un desconocido, más bien, parecían estar sobre una pequeña presa a la cual iba a degollar lentamente.

Mi garganta soltó un grito desgarrador cuando algo afilado me atravesó las piernas dejándome de rodillas, podía sentir como la sangre brotaba de mis heridas manchando el suelo debajo mío.

—¿Sabes? Ya no sé si pueda llamarte herramienta. —la bruja me tomó del mentón obligándome a mirarla, permitiéndome ver su semblante de disgusto. —Ella son útiles, todo lo contrario a ti. Necia y estúpida, no eres más que un estorbo. —una suave carcajada salió de sus labios. —Será mejor que ya me deshaga de ti, Castalia. No me sirves para nada. — tras eso, algo frio se posó en mi frente.

Era un arma de fuego, de esas que han estado prohibidas durante tanto tiempo por el daño que causaron en antaño. Una pistola de calibre desconocido para mí, aunque eso no era relevante, porque me hacía más daño el hecho de quien la sostenía.

Estaba a punto de morir en manos de quien me había dado la vida, a quien no parecía importarle en absoluto lo que estaba haciendo. Era tan irónico que no pude evitar reír.

Mi vida corría peligro, así que mis poderes no tararon en actuar atravesándole el abdomen, logrando que se distraiga. Oportunidad que utilicé para tratar de levantarme sin tener éxito, las heridas de mis piernas eran demasiado profundas para ello.

—¡Castalia! —abrí los ojos de par en par al escuchar a mi padre detrás mío.

—¡No te acerques! —grité desesperada dándome la vuelta para verlo.

Un fuerte estruendo me ensordeció por un tiempo, en el cual solo tuve el sentido de la vista para presenciar lo que pasó. En el lado izquierdo del pecho del gran duque se formó una mancha de sangre que crecía cada vez más, producida por el hoyo que dejó la bala de plata que Charis disparó sin remordimiento alguno.

La Bruja de Sangre.Where stories live. Discover now