Trece.

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Sesión.

Ya veo...—Dijo el gigante gaseoso revisando sus apuntes que tomo.

—¿Entonces...?—Pregunto la tierra.

—Les agradezco a ambos por poner de su parte en este examen...—Sonrie.

—Espera, ¿era un examen?—Luna se nota confundido.

—Lo es, pero tranquilos no es un examen con nota jaja.—Dijo para acomodar los papeles.

—Ooh...—El planeta azulado mira a otro lado.

—Escuchen chicos, ambos tendrán resultados diferentes. Es un examen para saber cómo les afecta emocionalmente tanto su vida cotidiana y como está dando frutos en la actitud de como se traten.—Cruzo los brazos.

La luna seguía confundida, miro a su planeta y parecía que este no presto mucha atención a lo que dijo el gaseoso, sabía que el planeta nunca quiso venir. Este tipo de "terapias" pero acepto ir fue por el, pero si la luna les es sincero era algo que no esperaba pues pocas veces el planeta hacia algo por el.

Pero por una parte estaba feliz de que al menos hubieran asistido a su primera
Sesión de psicología con el gigante gaseoso.

—...entonces...¿como funciona esto...?—Tierra miro a su mayor.

—¡Es fácil!, ambos tienen que venir aquí no solo para mejorar su conducta si no para redimirse, ambos por lo que se no se han llevado muy bien que digamos, y el objetivo de esto es saber cómo se sienten y saber que podamos hacer.—Acomodo sus pequeños lentes.—Y por qué lo se...ustedes nunca tuvieron terapia o algo...—Dijo murmurando.

—...aaah...entonces–.—Es interrumpido por luna.

—¿Entonces ahora que hacemos?—Se notaba entusiasmado de empezar.

—La idea es que ambos es que ambos pasen el mayor tiempo juntos. Son un planeta y su luna, deben llevarse bien.—Vuelve a sonreír.—Son como hermanos.

—Eeh...no somos hermanos, solo es mi luna.—Tierra mira a su luna.

—...—Luna frunce un poco el ceño.

—...Tierra, quiero hablar contigo a solas.—Mira a luna.

Luna entendió y se retiró de allí yendo hacia el cinturón de asteroides, sabía que el planeta gaseoso y su planeta necesitaban un poco de privacidad.

—...Déjame adivinar ¿me vas a regañar?—Tierra ni siquiera lo miraba.

—no es eso tierra. Reconozco la situación que tú y luna deben pasar...pero solo me preguntó ¿Por qué?—puso su mano en el menton del menor para que lo mirara.

—...—no respondió.

—...¿acaso lo odias?—Tierra dió un pequeño salto.

—¡N-no! ¡No lo odio!...¡s-solo es que llega a ser muy inmaduro!...—Miro hacia donde se había ido luna.

—...¿inmaduro?—Le cuestionó.—¿O el inmaduro eres tu?—Tierra al oír eso lo miro.

—¡N-NO SOY INMADURO!...¡L-luna solo esta celoso de mi!—Tierra no parecía saber lo que decía.

Pues el planeta desde siempre estuvo a la defensiva, no soportaba ser derrotado ni en un concurso de miradas. Siempre buscaba una forma de ser el primero en todo solo por qué sentía que se lo merecia. Pero sabia que habían cosas que merecía y cosas que no, sabía que no siempre se podía ganar y odiaba eso.

—...Tierra, lamento que te diga esto...—El mayor saco sus apuntes.—Pero quizas el problema seas tú.—Abrio su libreta.

¿El? ?Un problema?



Pero ¿por qué?

Siempre cree que lo que hace esta bien.

Pero


¿está bien para los demás?



No lo digo de a mal mi niño—Lo mira.—Pero lo que puedo al parecer los resultados se dan contra ti como una...—no sabía cómo explicarlo para que el menor entendiera.

—¿Como una que...?—Se notaba asustado.

—...escucha, te pedí que fueras completamente sincero en el examen.—Junta sus manos.

—¡Y lo fui! ¡Lo fui completamente!—hace un pequeño puchero.

—Lo se mi niño.—le toma el hombro con cuidado.—Escucha tierra, ¿Alguna vez te has puesto a pensar como se siente Luna con tus maltratos.?

—...S-si, se que se siente mal pero...—Miro a otro lado.—...n-no lo se...solo no quiero que me moleste.—Sabia perfectamente como luna se debía sentir, solo que pensaba que después se le pasaría.

Y volvería.





Cómo siempre.




—Se preocupa por ti, tierra debes reconocer eso, es tu luna y tu su planeta.—Esas palabras quedaron en su cabeza.

—...—

—En el fondo lo quieres. Solo necesitas sacar esos verdaderos sentimientos, ¿si querido?...Ademas por eso estás aquí, por el.—Detestaba admitir que el mayor tenía razón, pero la final era Júpiter, el siempre tenía razón.

—Tienes razón...P-pero ¿cómo lo hago?—alza la cabeza para mirar a Júpiter.

—Se menos pesado con el...se que tu no eres así tierra solo necesitas tenerle paciencia.—Acaricia la cabeza del menor.

—... Simplemente no quiero que se vaya...—Sus ojitos se pusieron algo húmedos.

—El nunca te dejaría tierra.—Se rio un poco.—Ustedes son como uña y carne.—

—...¿Te veo en unos días?—Se levanta.

—Claro, vengan cuando quieran, les avisare cuando tenga los resultados de ambos.—Abraza al menor.

Tierra con algo de miedo corresponde el abrazo del mayor. Se sentía seguro con el y que podía deshaogarse de todo lo que tenía sobre sus hombros. Quizás si lo hacía sus ojos serian como una tubería rota.

—Nos vemos jaja...Luna debe estar esperándome.—se fue de la órbita del mayor para perderse en el cinturón de asteroides en busca de su luna.

Júpiter sonrió y empezó a revisar los papeles de los exámenes para reconocer si ambos tenían un problema en lo tal que ambos se vieran tan diferentes, si algo tenía en tanto el mayor era que ambos se querían demasiado pero también, como el dijo uno de ellos era el serio problema.

Pero todo de tres paredes, siempre había una segunda que tapaba la primera.

𝑳𝒖𝒏𝒂 𝒚 𝑻𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂. (ᴏɴᴇ_sʜᴏᴛs.)Where stories live. Discover now