AHS: MURDER HOUSE

1. Welcome to the Murder House

- Y, esta es nuesta última parada. La casa de los asesinatos - el guía del "Tour del Homicidio" de Los Ángeles anuncia como en un viejo comercial de los sesenta.

Mi madre se abanica reiteradamente y se seca el sudor provocado por sus grandes anteojos de sol que nunca se quita.

Mi hermano por el otro lado, se aferra a su pequeño ventilador portátil que compramos en disney el verano pasado y se rocía constantemente con el spray de agua que está incluído al aparato.

- La casa fue construída por el Dr. Charles Mongomery para su esposa Nora. Lo que pocos sabían era que ambos llevaban un sucio negocio clandestino de abortos... - el guía esta completamente inmerso en su relato.

La casa de los asesinatos es deslumbrante. Debe de tener a simple vista mas de diez habitaciones. Un cartel de "SE VENDE" crea un enorme agujero en el verde y perfectamente cortado césped del jardín. Tiene grandes ventanales en azul y verde.

El color y el entretramado es hipnótico. Recorro todas las ventanas con la vista y me paralizo del susto al encontrar mi mirada con la de una figura enmascarada negra.

- Y desde entonces se dice que el fantasma de Nora, así como el de todas las personas que han muerto en la casa rondan por sus pasillos, desahogando sus penas. - El guía sigue con su cháchara y yo sacudo la cabeza.

Vuelvo a dirigir mi mirada hacia la ventana y no hay nadie ahí.
Miro de reojo a mi hermano que rueda los ojos fastidiado por la historia de fantasmas.

Kevin no cree en fantasmas. En realidad, no cree en practicamente nada.
Se declaró ateo cuando tenía apenas doce años. Se rehusó a tomar cualquier sacramento y rechazó cualquier soborno por parte de mis padres.
Se podría decir que es determinado, testarudo e incorrompible.

Me da verguenza admitir que todavía necesito que me hagan compañía a la noche luego de ver una película de terror.

- Cincuenta dólares a la basura - mi mamá se queja mientras se rocía la cara con agua termal.

- Te equivocas madre - digo levantando un dedo - Cincuenta dolares colocados cuidadosamente en el bóxer de aquél hombre que nos vendió el tour.

Kevin da una risita ahogada mientras se quita el sudor de la frente con el dorso de la mano.

El verano en L.A es insoportable. Puedo sentir mi piel derretirse al igual que los hielos de mi refresco.

Mi madre, es una mamá de plástico. Cabello rubio blanquecino, un bronceado falso y un cuerpo digno de una super modelo.
Sólo que tiene cuarenta y cinco años y cada uno le pesan como cinco años más en la mente.

Solía vivir aquí, pero se mudo a Texas cuando se casó con mi padre. Fue detrás de su gran fortuna y se llevó el chasco de su vida cuando hace dos años, lo perdió todo en una corrida de caballos.
Estan divorciados desde entonces.

Y aunque tenemos nuestro dinero. No es suficiente para satisfacer las extravagantes necesidades de mi madre.
Que además se niega a trabajar.  Lo considera un insulto. Tiene un título de abogada que ni en sus momentos mas desesperados ha usado.

- No fue tan malo - Kevin se defiende ya que él había sugerido el "Tour del Homicidio"

- Dejé de escuchar al guía en la segunda parada - mamá dice chequeando su Iphone.

- Yo creo que ha sido interesante - digo en apoyo a mi hermano.

La imagen de aquél hombre enmascarado viene a mi mente provocandome escalosfríos.

- De eso quería hablarles. - dice nuestra madre cuando consigue levantar la vista de su teléfono. - Niños - dice cruzando las manos sobre la mesa. Todavía ignora el hecho de que tenemos veintiuno y diecisiete años. Creo que la hace sentir vieja. - Vamos a mudarnos.