Capítulo 4

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Selene se miró en el espejo esa mañana, tenía las ojeras marcadas porque había pasado una mala noche, las palabras de Charlie regresaban a ella y atravesaban sus cuerpo como dagas directas a su corazón. Ella sabía que él no era Duncan, no tenía que recordárselo, sólo que, necesitaba aferrarse a lo único que podía tener de Duncan..

Se lavó su cara y tomó el corrector para tapas sus ojeras, normalmente no usaba mucho maquillaje para ir a la universidad pero ese día sentía que necesitaba un poco. Quizás así podía ocultar de su rostro lo mal que se sentía.

—Seli, voy a la oficina hoy, ¿quieres que te lleve a la universidad?—le dijo su hermana mayor, Jane, entrando al baño sin previo aviso—. Mmm, creo que no estás lista todavía, si quieres te espero.

—Por favor—respondió ella para luego emitir un suspiro, Jane la miró con atención.

—¿Te sucede algo, Seli? ¿Todo bien?

—Es Charlie—confesó ella—. Quiero que se sienta cómodo y que no esté las veinticuatro horas del día triste, pero no se deja.

—Todos necesitamos un tiempo a solas, puede que necesite sentirse en paz con él primero.

Selene no entendía cómo podía sentirse Charlie, por mucho que quisiera le costaba porque simplemente no lograba ver las cosas a través de sus ojos. Había conocido a Charlie gracias a Duncan y siempre le había parecido un buen chico, pero ahora que lo conocía por sí sólo, quería lograr que se sintiera bien.

Para ella Charlie era como un enigma. Algo que no sabía cómo podía reaccionar, no sabía qué pasaba por su cabeza.

—Charlie no quiere que lo ayude.

—No todos van a querer que los ayudes, Deli—respondió su hermana—. Debes sólo apoyarlo como su amiga, no intentes cambiarlo.

Selene asintió, quizá debía hacer eso para que las coas estuvieran más tranquilas entre ambos.

Terminó de vestirse y le indicó a su hermana que la dejase frente a su Universidad, al caminar hasta su facultad, pudo observar a Charlie junto a un grupo de chicos de su clase. Estaban todos sentados en una de las mesas conversando, aunque él se veía alejado un poco de ellos.

Acercarse no era lo más adecuado, recordó a su hermana decirle que le diese su espacio y quizás estaba bien así. Tenía que ir dejándolo tranquilo, tenía que soltarlo un poco para que pudiese volar por su cuenta.

—Sel—escuchó cómo su mejor amiga la llamaba, volteó a verla y le sonrió de forma dulce—. ¿Qué sucede? ¿Qué estabas viendo?

—Nada—respondió ella, Nora, su amiga, dirigió su mirada hacia el grupo de chicos en donde se encontraba Charlie y pudo entender lo que estaba sucediendo.

—Es Charlie—comentó como si todo tuviese sentido—. ¿Se pelearon? No has ido a buscarlo.

—Le estoy dando su espacio—su amiga rió.

—Hablas como si fuese tu novio y tuvieron una discusión anoche.

—Sí discutimos, pero no es mi novio—Nora rió y luego asintió entendiendo.

—Charlie es bastante interesante—comentó ella mirando al chico. El castaño tenía la mirada fija en su libro, sus amigos estaban riendo a su alrededor pero él parecía estar en otro mundo—. No te vendría mal salir con él—habló—, desde que terminaste con Matías, no has salido con nadie.

—No estoy lista, menos para salir con el mejor amigo de mi exnovio.

—Duncan nunca fue tu novio.

—Pero sentí como sí lo hubiese sido.

Luego de la muerte de Duncan, Selene había continuado saliendo con Matías, lo conocía desde hace mucho tiempo y significaba todo para ella poder estar a su lado en esos momentos tan duros, sin embargo, Matías tuvo que marcharse de la ciudad por una oportunidad de estudios, por lo que le pidió a ella separarse. Selene estuvo de acuerdo, quizás no era el destino estar con él, pero tampoco quería probar algo nuevo.

—De igual forma, Charlie no es feo.

—No, no lo es—confesó ella—, pero aun así, sólo somos amigos. O quizás ni eso seamos, no sé si con esta discusión, podamos llegar a ser amigos.

Nora miró a su amiga intentando comprender cómo se sentía, Selene siempre se mostraba alegre, por lo que se sentía extraño cuando veía en ella un gesto de frustración.

—A ver, ¿qué te dijo para que te sientas de esa forma?

Selene la miró y suspiró.

—Me ha dicho que no es Duncan, que deje de intentarlo—confesó—. ¡Que yo sé que no es él! Pero lo único cercano que tengo con Duncan, alejarme de Charlie es como alejarme de él. ¡No quiero dejar ir a Duncan así de fácil!

—Mejor vamos a otro lado—dijo ella—. ¿Te parece ir por una pizza al salir de la clase?

...

—Toda mi vida ha sido una secuencia de momentos en donde intento ayudar a las personas. Desde que inicié como voluntaria en el Hospital central, he tenido una gran responsabilidad en poder hacer mejor la vida de las demás—confesó ella—. Yo sé que no tengo poderes ni magia para hacerlo así de simple, pero me frustro cada vez que se cierran ante la idea de ser feliz. Charlie es de esa clase de persona.

»Desde que lo conozco es un chico muy cerrado y centrado en sí, todo lo que sé de él es porque Duncan me lo había dicho en algún momento, pero siento una gran necesidad de estar con él cada vez que se cierra conmigo. Es algo raro ¿verdad? Ni si quiera entiendo lo que puede significar.

Nora la miró comer de la pizza y esperó a que masticara para continuar hablando sobre ello.

— ¿Sientes alguna responsabilidad con él? ¿Duncan te ha dicho algo?

«Él ha pasado por muchas cosas últimamente y no quiero que piense que lo he abandonado»

Recordó las palabras que Duncan le escribió en su carta antes de morir. Sabía que Charlie era una persona que le costaba mostrarse, le costaba adaptarse y poder interactuar con los demás. Sabía que sin Duncan, por mucho que estuviese rodeado de personas, él estaría sólo y ella no quería que lo estuviese.

—Siento que le debo muchas cosas a una persona que ya no está viva.

— ¿Y crees que con Charlie puedes pagar tus deudas?

—Es lo más cercano que hay.

—Creo que si sigues así, te empezarás a sentir peor.

— ¿Por qué?

—Porque quizás empieces a darte cuenta de que tal vez, no estás haciendo estas cosas sólo por Duncan o por Charlie, sino por ti.

— ¿A qué te refieres?

—A que creo que esta necesidad de estar con Charlie no lo haces por Duncan, sino lo estás haciendo por ti.

Selene frunció el ceño y luego entendió a qué se estaba refiriendo su mejor amiga. Negó rápidamente ante la idea.

—Selene, creo que...

—No me gusta Charlie.

El Dilema Entre Tú y YoWhere stories live. Discover now