Capitulo 23

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—Charlie, ¿me oyes?—escuchó la voz y volteó rápido encontrándose con su mejor amigo.

Parpadeó varias veces.

— ¿Qué...qué haces aquí?

— ¿Cómo que qué hago aquí?—le preguntó frunciendo el ceño—. Tú me invitaste, es viernes ¿recuerdas? Noche de cinema.

Miró a su alrededor, estaba en su casa. Se encontraba sentado en el sillón de la sala frente al televisor, Duncan estaba a su lado con una bolsa llena de palomitas de maíz mientras observaba atentamente la pantalla. Estaba reproduciéndose Búsqueda Implacable en la plataforma de películas y por lo que recordaba, ya estaba terminando.

Tomó su celular y se sorprendió al ver la fecha; si la lógica estuviese de su lado, no estaría Duncan con él en ese momento.

— ¿Te encuentras bien?—le preguntó el chico, Charlie asintió. Estaba un poco desorientado pero no se encontraba mal en lo absoluto.

—Estoy bien—respondió, mirando una vez más a su mejor amigo.

Duncan volteó a verlo y alzó una ceja extrañado. El comportamiento de Charlie era raro, se sentía un poco observado por él en los últimos tres minutos.

—Te estás comportando raro, deja de mirarme que me pones nervioso—respondió en una risa pequeña.

¿Nervioso él? El que tenía el corazón latiendo acelerado de los nervios era Charlie, no sabía qué estaba sucediendo pero tener al frente a su amigo era como si todo fuese una broma. Una mala jugada de su celebro.

— ¿Crees en las realidades alternas?—le preguntó, Duncan se quedó pensando un momento.

—Puede ser, no es algo que piense todos los días, ¿por qué?

—Creo que estoy en una en este momento—respondió, el chico rio ante el comentario del menor.

—Estás loco, Charlie—le dijo y continuó mirando la película.

¿Estaba loco? ¿Eso era?

La locura era la única manera de poder ver a su amigo una vez más.

—De aquí debo regresar a la cancha—mencionó Duncan—, el entrenador quiere que practique un poco más mis pateadas.

—¿Estás seguro? ¿No es muy peligroso?

—¿Peligroso? Sólo patearé un balón—se rio ante la rara preocupación de su mejor amigo.

—Por tu corazón, no quiero que trabaje de más.

—¿De qué hablas? Mi corazón está bien—respondió.

—¿Y Selene?

—¿Selene?—mostró un gesto confundido pero al ver el rostro del chico pudo notar que estaba hablando seriamente—. No conocemos a ninguna Selene, al menos no yo.

Charlie asintió, si Duncan no conocía a Selene, él tampoco lo hacía. Pero ¿por qué en sus recuerdos ella aparecía?

—¿Estás sintiéndote bien?—le preguntó Duncan mirándolo de reojo—. Me quedaré a cenar hoy, ¿no hay problema?

—Sabes que no hay problema—respondió y se levantó del sillón. Realmente se sentía un poco mareado por todo lo que estaba presentando.

Caminó hacia la cocina y buscó un vaso para servirse un poco de agua, quizás era el calor, estaban en la mitad del verano y en ocasiones era tanto el calor, que ni los aires acondicionados ayudaban a climatizarlo. Se tocó su frente, estaba ardiendo, ¿tendría fiebre?

El Dilema Entre Tú y YoOnde as histórias ganham vida. Descobre agora