Capítulo 8

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Una sonrisa apareció en su rostro, miró a la chica intentando agarrar un rollo de sushi con los palillos pero cada vez que lograba tomarlo, se caía apenas lo elevaba. Selene frunció sus labios y suspiró cansada.

—No sé por qué terminamos aquí.

—Tú fuiste la de la idea de comer sushi—mencionó Charlie con una media sonrisa en el rostro—, creo que olvidaste que no lo sabes tomar.

—Mmm...estos palillos no funcionan.

—¿Quieres que pidamos el auxiliar para niños?—dijo bromeando, Selene negó rápidamente.

—¿Por qué tú no estás comiendo?

—No me gusta—mencionó—, me quedo con la ensalada y las croquetas—rió, Selene lo miró de forma dulce, tenía tiempo sin verlo sonreír de esa manera.

Cuando Charlie sonreía, se formaban en sus mejillas, dos pequeños hoyuelos que lo habían ver muy lindo a los ojos de Selene, era como un niño al sonreír y más cuando sabía que eran pocas las veces que eso sucedía.

No quería admitirlo, pero sentía una sensación extraña cuando lo veía. Como un ardor en el pecho pero que al mismo tiempo, era algo que se sentía como bueno.

«—Siento que le debo muchas cosas a una persona que ya no está viva.

— ¿Y crees que con Charlie puedes pagar tus deudas?»

Recordó la conversación que había tenido con Nora hace varias semanas. ¿De verdad estaba con Charlie porque necesitaba pagar todo lo que le prometió a Duncan?

«—Creo que si sigues así, te empezarás a sentir peor.

— ¿Por qué?

—Porque quizás empieces a darte cuenta de que tal vez, no estás haciendo estas cosas sólo por Duncan o por Charlie, sino por ti.

— ¿A qué te refieres?

—A que creo que esta necesidad de estar con Charlie no lo haces por Duncan, sino lo estás haciendo por ti.»

¿Y si era real? ¿Y si la necesidad que sentía siempre por saber de Charlie, por tenerlo cerca y cuidar de él, no era por nadie más que no fuese por ella?

¿Qué podía ser eso? ¿Qué significaba?

Los amigos se preocupaban entre sí, no tenía que darle tantas vueltas a ello.

—Selene—lo escuchó decir su nombre, miró al chico frente a ella—. ¿Estás bien?

—Sí, sí—dijo rápido—. ¿Ya comiste?

—Pues sí—rió bajo, un poco avergonzado—, pero tú no—señaló el plato que ella tenía con la mitad del sushi. Ella lo miró también, se descuidó que había olvidado eso.

Agarró uno de los rollos y se acercó un poco para llevarlo a su boca sin que se cayera. No sabía si quiera por qué estaba actuando así de nerviosa. Charlie la miró curioso por su extraña forma de actuar y se quedó en silencio mientras ella terminaba de comer.

—Bien, ya terminé—dijo ella—, vayámonos—se levantó, Charlie frunció el ceño.

—¿Estás bien?

—Claro, ¿por qué no lo estaría?

—Normalmente, el que quiere irse de cualquier lugar soy yo—mencionó y suspiró—. Te acompaño a casa.

—Vayamos al parque que está aquí cerca—mencionó ella—. Sólo quiero salir de aquí.

Quizás era el pescado que la había hecho sentir esas cosas.

Tomó su brazo pero lo soltó rápidamente al sentir una corriente con el tacto. Lo miró intentando no mostrarse sorprendida pero no entendía qué le estaba sucediendo.

«—Selene, creo que...

—No me gusta Charlie.»

Claro que no, ¿por qué estaba pensando en eso si quiera?

...

—No me molesta que estés aquí pero, ¿qué haces aquí?—preguntó su hermana dejándola pasar a su casa.

—Jane, creo que estoy teniendo una crisis existencial—se dirigió al sillón de la sala y se lanzó a él.

—¿Una crisis existencial?

—Bueno, no es la palabra exacta, quizás, ¿una crisis romántica?

Jane miró sin entender el comportamiento de su hermana menor, no era propio de Selene comportarse de esa manera, menos de llegarse a su casa tan tarde y sin avisar. Le preocupaba un poco porque sabía que algo le estaba ocurriendo.

—Vale, ¿qué es lo que estás sintiendo?

La menor se llevó una mano a su pecho.

—Estuve pensando en esto en las últimas dos horas, no es normal que uno se sienta así, ¿verdad?

—Si me dices cómo te sientes, quizás te digo.

—¿Cómo te sentiste cuando te diste cuenta que te gustaba Eric? ¿Sentías culpa?

—No, pero sí me costó un poco aceptarlo porque seguía aferrada a Axel—se sentó a su lado, Selene la miró atenta.

—Cuéntame más. ¿Sentiste algo físico?

—Como si algo me apretara el pecho—ella la miró aterrada, Jane miró a su hermana un poco preocupada por la expresión en su rostro—, Sel, ¿te está sucediendo eso?

Selene no respondió, sólo se quedó pensando; ¿le estaba sucediendo eso? No, ¿por qué le sucedería eso?

No tenía por qué preocuparse, ella estaba bien. No sentía nada, lo que había sucedido horas antes, sólo había sido por el sushi, quizás tenía que ir al médico y revisar si estaba enferma. Tenía tiempo que no se enfermaba, así que era normal sino recordaba cómo se sentía.

¿Por qué si quiera le preguntó a Jane cómo se sintió cuando le gustó su esposo? Que tonta había sido, no tenía que comparar el amor con una mala digestión. Eso era lo que pasaba, todo lo que había sentido, el calor en su pecho, la corriente recorrer su cuerpo, su estómago siendo apretado, sus nervios cuando lo vio sonreír, todo era un efecto de una mala digestión.

—Sel, ¿esto es por Charlie?

Ella miró a su hermana.

—No me gusta Charlie.

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¿Y ustedes también han tenido esa clase de mala digestión?

Primera etapa: negación.

El Dilema Entre Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora