Capítulo#4

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  Ana:

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  Ana:

Estaba haciendo las tostadas pero mi prima me llamo por Skype para enseñarme su disfraz de caperucita roja, lo que hizo que me distrajera y las tostadas terminaran mas negras que mi cabello, con pesar las tire a la basura y comence a hacer unas nuevas.

Senti los pasos de Sheila y sonrei, pero mi sonrisa se fue cuando vi sus ojos rojos, seguramente estuvo llorando en la ultima media hora, sin pensarmelo dos veces vuelvo a ignorar las tostadas y la abrazo acariciando tu cabello, huele a fresas.

— Lo siento por ver tus bragas de gatitos, no tienes que llorar por eso, te puedo enseñar unas que me regalo mi prima, tienen un personaje de anime. —Siento su rostro caliente sobre la fria piel de mi cuello y me separo unos centimetros para verla a los ojos.

— Estoy bien —Sonrio un poco separandose y por algo que desconozco quisiera abrazarla un poco mas— Entonces debes enseñarme esas y estaremos en paz. —Sus ojos van detras de mi y hago un facepalm cuando siento el olor a pan quemado por segunda vez en el dia.

— Mierda—Mascullo apagando la tostadora desconectandola de un tiron, se me han pasado las ganas d comer pan. —Ire a comprar unos pancakes a la cafeteria, la cocina no es lo mio.

Pero en el fondo se que solo me da miedo lo que estoy sintiendo por Sheila, no se como explicarlo, pero tampoco lo pensare mucho, solo hare lo que hago siempre, dejarme llevar y disfrutar de las cosas mientras puedo.

Sheila: 

Ana fue a comprar el desayuno, aunque son casi las 12pm, pero igualmente vamos a desayunar porque  da igual el horario los pancakes seran bien recibidos.

Aveces pienso demasiado las cosas por miedo al rechazo, para despejar mi mente comiezo a buscar la ropa que usare para el viaje dado que seria incomo ir tres horas con el disfraz puesto en el auto y se puede arruinar.

Agarro unos pantalones holgados negros y una sudadera en diversos tonos pasteles, los dejo sobre mi cama junto a ropa interior desente y mis vans negros.

Coloco dos jugos de naranja en la mesita del centro de la sala, me siento en el sofa a esperar por Ana, quince minutos mas tarde aparece la castaña con dos cajas de comida en la mano.

—Habian al menos 100 personas en la fila —Suspira dramaticamente dejandose caer a mi lado mientras dejas los envaces sobre la mesa—Y fue complicado convenser a la chica que me diera pancakes para llevar, despues unos chicos tambien quisieron y no tuvo mas remedio que darles la orden para llevar.

— Seguramente te odio por hacer peor su trabajo —Se encoje de hombros comenzando a comer de sus pancakes, cabe recalcar que esta usando sus manos, no es muy higienico, pero se ve bonita. Agarro los mios y comienzo a comerlos con un tenedor mientras pasan el programa de noticias en el televisor.

— ¿Puedes sacar el cadaver de la cucaracha de mi habitacion? No he podido sacar la ropa que voy a usar para el viaje porque me da miedo que reviva, una vez lei que pueden vivir sin cabeza hasta  por dos semanas.

Dice tras minutos de silencio, pero no era uno incomodo, mas bien se sentia relajado.

— No creo que valla a revivir despues de ser aplastada por un zapato, pero puedo hacerlo por ti.

Unas horas despues y con el cuerpo del bicho en la bolsa de basura que arroje al contenedor nos encontramos abajo del edificio con nuestra maleta y los disfraces en perchas para que no se estrujen.

— ¡¡¡Chicas!!! —Chilla Carol desde el asiento del coopiloto de una camioneta que no habia visto antes, enarco una ceja en su direccion mientas Ana saluda con su entusiasmo habitual. —No me mires como si la hubiera robado, es de mis padres, sera mas como que ir en el diminuto auto de mi amado novio.

— Al menos tengo auto— El mencionado le da un golpecito en la frente y Carol como la chica madura que es le saca la lengua.

— Que comience la aventura. —Murmura Ana mas para si misma que para nosotros guardando la maleta y los disfraces con cuidado en el maletero ya que en este trasnporte nos sobra espacio.

— Suban su trasero al auto ahora —Carol nos mira por el espejo retrovisor sin dejar de sonreir, Ana hace un saludo militar y yo me limito a girar los ojos.

  Me posiciono en el haciento trasero detras de Kenny y Ana se sienta a otro lado, Carol pone la radio con lo que reconozco como Maroon5.

— No se si lo recuerdan pero me da nauseas estar mucho rato en el auto. —Suspiro con pesar mirando por la ventana como nuestra calle se queda atras— Asi que tomare esta pastilla para dormir, me despiertan al llegar.

Ana me pasa una botella de agua que ni idea de donde la saco y me tomo la pastilla, esta mañana le habia hablado de mi pequeño problema con las nauseas de los viajes largos.

Despues de un periodo de tiempo que siendo honesta no se cuanto fue siento unas manos en mi muslo, instintivamente abro los ojos algo adormilada pero igualmente me sonrojo al darme cuenta que mi cabeza esta apollada en el hombro de Ana y su mano descansa tranquilamente en mi muslo.

Observo por el espejo retrovisor que Carol que levanta la vista de su celular al sentir mi mirada perforandole la frente, me guiña un ojo y yo siento como si mis mejillas fueran a explotar.

— Dijo que te podia dar dolor en el cuello si dormias contra el cristal del auto. —Susurra porque Ana esta dormida y es entonces cuando me percato que Kenny no esta y el auto esta parado. Miro a mi alrededor y estamanos en una gasolinera.

— Ana —Murmuro moviendo su hombro lentamente—Despierta, necesito ir al baño.

— Shei huele a fresas— Murmura dormida, yo me sonrojo aun mas y Carol desde el asiento delantero comienza a reir como foca retrasada, lo que ocasiona que Ana de un saltito y se despierte exaltada mirando a su alrededor.

— Lo siento, es que alguien no puede reir en silencio, voy al baño.

Bajo del auto rapidamente y practicamente corro hacia al baño, una ves mis necesidades de hacer pis estan cubiertas salgo del baño y veo a Kenny mirandome fijamente arrecostado a la puerta.

— ¿Que? —Pregunto a la defensiva, esa mirada que me esta dando grita interrogatorio.

— No le has dicho. —Me sonrojo y automaticamente me siento como una niña pequeña siendo regañada por su padre.

— No quiero que me odie.

— Te esta gustando y lo sabes, puedo ver como la miras y ultimamente estas demasido feliz, no es algo malo, pero antes no estabas así, ella no te va a odiar porque le digas que te gustan las chicas, no te digo que te le confieses, solo dile la verdad. —Pone su mano en mi cabeza por unos segundos y yo asiento.

— Se lo dire cuando volvamos a casa, lo prometo.

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She is my Girlfriend ©Where stories live. Discover now