Capítulo#28

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Ana:

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Ana:

— ¿Le dirás que la quiero mucho verdad?

Hope asiente y seca mis lágrimas con sus manos. Han pasado 3 días, y haré la cosa que mas odio sólo para salvarla a ella.

— Se lo diré Ana.

Sus delgados brazos me envuelven y comienzo a llorar otra vez. Ella se va a sentir mal por la desicion que tuve que tomar, pero, para que todo salga bien tengo que hacerle daño.

Mi teléfono vibra en la cama y tomo un respiro.

Él imbécil de mi ex. Anoche le llame para "rogarle" que regresará conmigo. Debería dejar la carrera y volverme actriz.

Reconocí el dije al instante frente al lente de la cámara, yo le regale esa pulcera como "Perdón" una vez que no quise hacer lo que él quería, por eso me odie cada segundo que tuve que fingir que no sabía que le hizo daño a la chica que amo, literalmente solo quería estrellar mi puño contra su cara, por eso le llame, porque se pefectamente que si lo tuviera de frente no aguantaría la tentación.

Me seco las lágrimas frente al espejo rapidamente y aplicó corrector para tapar mis ojeras.

La ansiedad no me dejo dormir. ¿Tendrá frío? ¿Agua? ¿Habrá comido algo?

— Le diré que la quieres.

— Mejor dirle que la amo.

Una sonrisa temblorosa se mueve en mi rostro, nunca pude decirle que la amaba de frente, y tampoco crea que pueda hacerlo por ahora, si las cosas salen bien, si, si no, me conformare con que Hope le diga que fue la primera persona que realmente ame en mi vida.

— Podemos buscar otra forma de sacarla.

Niego a mi padre, ya hablé con la policía, con todo el mundo, es lo mas seguro, ese loco me quiere a MI, ella no tiene la culpa.

— Cariño, que bueno que decidas retomar nuestra hermosa relación, ¿terminaste con la puta esa?

Trato de no soltarle un puñetazo por hablar así de Sheila, ella sigue siendo mi novia, por ahora.

— Oh si, es que las cosas no funcionaban bien, y ella se fue de la nada, desapareció.

Fuerzo una sonrisa y agancho mi mano en la suya, el sonríe satisfecho de que pensamos que ella simplemente se fue. Hasta salió en las noticias. ¿Es que es imbécil? Como pude salir con este chico, mis padres tenían razón cuando me dijeron que no saliera con él después de que me dejara sus dedos marcados en mi brazo porque salude a un chico de mi clase.

Tenemos una cena horrible a mi parecer, ni siquiera pude elegir mi cena, él lo hizo por mi, pero el parece contento así que le sigo la corriente a todo lo que dice.

Mis ojos pican pero me aguanto porque las cosas van bien hasta ahora, ¿soporte estas cosas por 4 años? Mi último año ha sido tan diferente con Sheila, que mirando al pasado me siento tonta y frágil. Me aferre a una relación sumamente tóxica que me estaba consumiendo, sólo por el miedo que él me metio diciendome que nadie mas que el me querría.

Antes de irnos le digo que iré al baño rapidamente, me da una mala mirada pero le lanzo un beso y sonríe asintiendo.

"Ya voy para su casa"

Mensajeo a mi padre rapidamente para que le anuncie a la policía, no se si tiene a Sheila ahí, pero no es un secreto que su familia maneja armas de caza, entrar ahí sola en estas condiciones es un suicidio.

Suicidio que estoy dispuesta a asumir, porque arrastre a la mejor chica del mundo a esta situación por culpa de un machista obsesivo que cree que puede tener todo lo que quiera siempre en sus manos.

Lo poco que cene sube por mi garganta y vómito en el lavamanos, enjuago mi boca y salgo del baño.

— Vamos a tu casa, creo que ya estoy lista.

Sus cejas suben rápidamente porque entendio a lo que me refería, es un cerdo.

— Quien soy yo para negarte eso Ana.

Me suelta una nalgada que casi hace que vomite otra vez.

Una vez en su casa ni siquiera me da tiempo a poner el pie en la entrada cuando su boca de lanza al escote de mi vestido. Cierro los ojos tratando de recordar mentalmente cuál puerta iba al sótano.

— Vamos al sótano, seguro que tienes algunas cadenas ahí.

Digo lo mas sensual que puedo, siento mucho asco y ganas de llorar, no soy así para nada, pero el se tensa y aparta su boca de mi cuello, bingo.

— Es que en el sótano hay una fuga de gas.

Me dijeron que no perdiera el control, pero mi mano se planta contra su mejilla, un golpe sordo en medio del silencio, hace eco por las paredes.

— Hija de la gran puta.

Explota y levanta su mano para agarrarme del brazo, pero doy un paso atrás rapidamente, su cabeza parece estar funcionando con rapidez porque sus ojos se vuelven en llamas.

— Sólo me estabas utilizando, para llegar a ella, sólo la quieres a ella, no a mi... A mi nadie me dice que no Ana, cuando me dejaste fui la burla de mis amigos del club.

Se ríe y eso hace que me entremezca, nunca fue un chico dulce, pero no le recordaba así.

— ¿Me jodiste sabes? Mi padre penso que como me dejaste ya no era digno de heredar nuestra herencia, mi madre siempre le perdono las infidelidades hasta el día de su muerte. Pero tu te fuiste al otro lado del país y te volviste una puta lesbiana.

Me estremezco porque no sabía ninguna de esas cosas, sólo era una niña viviendo su primer amor, y no puedo culparme por eso porque me doy cuenta que vivía en la ignorancia, a los ojos de todos su familia es perfecta.

— Así que Ana, o te quedas conmigo, o tu puta muere.

Hecho a correr hacia la puerta del sótano y agradezco llevar zapatos planos.

Siento un ruido metálico mientras abro la puerta y sierro el pestillo detrás de mi, ya tengo los ojos mojados.

Bajo las escaleras corriendo y la vista me desarma, los golpes en la puerta hacen que ella levante sus ojos y me miré, la esperanza brilla en ellos.

Esta mas delgada y pálida, el corte en su mejilla se hace visible, pero por lo demas parece estar bien, esta atada a una silla pero sus muñecas estan libres.

— ¡Ana!

Su voz sale ronca y débil, trago antes de que la puerta se abra de una patada.

— Tu puta esta muerta Ana, y tú, tú serás mía. No te fui a buscar antes porque no sabia donde te habías metido.

El cargador de un arma retumba en mis oídos antes de que me meta en medió de Sheila.

No siento dolor, el grito de Sheila me hace girar a verla y pienso por unos segundos que la bala si llego a darle, pero cuendo llevo mis manos a mi abdomen la sangre me marea, siento arcadas y solo veo al chico que esta pálido en la sima de la escalera.

— ¡Jodete!

Le espetó antes que un policía le estrelle contra el marco de la puerta, mi visión se nubla y lo último que pienso antes de perder el conocimiento es que Sheila va a estar a salvo.

She is my Girlfriend ©Where stories live. Discover now