Capítulo#27

631 57 3
                                    

No se si alguna vez dije que era el peor día de mi vida, esas cosas que todos decimos y pensamos hasta que no sucede algo aún peor que amenaza con romper nuestro mundo a pedazos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No se si alguna vez dije que era el peor día de mi vida, esas cosas que todos decimos y pensamos hasta que no sucede algo aún peor que amenaza con romper nuestro mundo a pedazos.

Pues yo sentí eso justo cuando regrese al baño y no encontre a Sheila por ningún lado. No me importo entrar al baño cerrado e interumpir a una parejita besandose.

En algún momento comencé a llorar sin darme cuenta, marque a su teléfono pero luego me di cuenta que estaba vibrando justo en el bolsillo de mis jeans, me lo dio porque a ella se le iba a romper con las caidas en el hielo.

Sollozos escapan de mi boca cuando Hope me alcanza en el borde de la pista y ve mi cara de horror. Se quita los patines tirandolos ahí mismo y siendo la persona sensata llama a la policía y a nuestros padres.

— No, no es una broma, tengo 14 años, si, por favor.

Le observo intentando dejar de llorar, el amigo de Hope pasa su brazo sobre mi hombro mientras su hermano y Axel se acercan, ni siquiera me preocupa que un cantante famoso me vea con la cara roja por el llanto.

Joshua le quita el celular a Hope y dice él que hay una chica desaparecida.

Cuando pasan 4 horas buscando a los alrededores y no aparece vienen a tomar mi declaración, estoy en automático respondiendo preguntas.

Veo pasar estos últimos 4 meses por delante de mis ojos, los besosz abrazos, peleas tontas y reconcilianes, y en ese instante caigo en cuenta del miedo que tengo de perderla.

La prensa comienza a llegar porque alguien tiro una foto del rubio con la policía y eso me estresa aún más, por lo que ruego que se valla a su casa, mis padres insisten en que lleven a Hope a casa junto con mi tía.

— Todo va a estar bien. —Mamá frota mis brazos y mi padre esta hablando algo con un oficial a unos metros de mi.

Un teléfono vibra en mis manos y reviso por si es algo importante, un correo en el teléfono de Sheila.

Rapidamente paso mi dedo por la pantalla, ella no ha cambiado la contraseña desde que la conozco lo cuál agradezco con toda mi alma en estos instantes. El teléfono con funda de unicornio resbala de mis manos porque estoy temblando.

Mi padre lo atrapa en el aire y mira la pantalla.

— Mierda.

Suelta una "palabrota" y mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas porque mi padre nunca dice malas palabras a menos que la situación sea realmente mala.

— ¿Qué es? —Intento mirar la pantalla pero mi padre aleja el teléfono y trota hacía un oficial.

Unos minutos después varios hombres estan a mi alrededor.

— ¿Han recibido amenazas o algo antes por correo?

Aciento con la cabeza, y le cuento sobre el correo que recibimos esta tarde, pero no le dimos la importancia que merecia porque pensabamos que era una broma de alguien en la Universidad, no tenemos muchos amigos cercanos, pero aveces salimos a tomar algo con los de la clase, o a estudiar en grupos de estudio.

— Vamos a intentar rastrear la dirección de correo, pero al parecer estar usando un móvil desechable.

Eso hace que mi corazón se estruje en mi pecho...

— ¿Mandaron otro correo?

Mi voz sale como un susurro formando una nube de humo frente a mi por el frío que hay a estas horas.
El oficial intercambia una mirada con mi padre antes de enseñarme el teléfono.

Comienzo a llorar y mi madre corre a rodearme con sus brazos soltando un jadeo cuando ve la foto.

Es Shei, mi Shei. La chica mas dulce del planeta, esta en una silla, sus muñecas estan amarradas atrás y podría jurar que sufre mucho más por eso, por los recuerdos que le trae. Tiene un pequeño corte en la mejilla que por suerte no se ve demasiado profundo en la foto.

Respiro y parpadeo para apartar las lágrimas de mis ojos. Escaneo con el lugar con la vista, y algo capta mi atención, es un pequeño dije que esta frente a la cámara.

Solo se ve borroso pero lo reconozco al instante porque yo compre ese dije...

— Yo se quien la tiene.

Todos voltean a verme y comienzan a llenarme de preguntas.

Y así comienzo a pensar que tal vez ir a la cárcel por homicidio no es una mala día si puedo terminar con ese estúpido en potencia.

She is my Girlfriend ©Where stories live. Discover now