Una decisión ya tomada

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La embarcación se empezó a acercar a las rocas de manera precipitada y peligrosa, hacia mal tiempo, peor de lo que solía hacer para esa época del año.

- No podemos acercarnos más - dijo Aidyn preocupado

- Puedo llegar - Valkyria estaba decidida 

- No, nadie puede llegar. Hay corrientes, hace muchísimo frío y está muy lejos

Sin decir nada más Valkyria cogió a Aidyn del brazo y se lo llevó dentro de la embarcación a un camarote.

- Mira Aidyn, entiendo que tu tienes una familia, esas tierras no significan nada para ti y estás metido en una guerra que no es la tuya. Pero sí es la mía, vine a este mundo para devolver a Kaysa sus tierras. Vine a hacer esto. Te dije diez hombres, pero todos sabemos que no me hace falta ni uno para acabar con todo lo que hay allí sin pestañear. Tu hija no se merece quedarse sin padre, ni yo voy a ser cómplice de eso.

- Pero... 

- No hay peros, no me va hacer cambiar nada de lo que me digas

En la cabeza de Aidyn era una tormenta de pensamientos, sabía que era una tontería ni si quiera intentarlo, pero puede que ella pudiera, si alguien podía, era ella. Pero la simple idea de dejarla sola en ese mar negro, sin poder hacer nada le frustraba y asustaba al mismo tiempo. Ese no había sido el plan, nunca hubiera accedido si lo hubiera sabido. Los ojos de ella eran hipnotizantes, sabía que estaba enamorado de ella des de el primer día. No había podido evitarlo. Las ganas de besarla en ese preciso instante nublaron todos los pensamientos. ¿Y si moría en el intento? ¿Y si...?

- Seguro que hay otra solución - dijo decidido mientras levantaba la cabeza para no mirarla.

Ella se acercó a él suavemente y le acarició la mejilla igual que le hacia a su hermana cuando la tristeza la inundaba. La diferencia es que con él sintió un cosquilleo en todo el cuerpo solo rozar los dedos con su cara. Se acercó a él tanto como pudo sin que su cerebro procesara porque estaba haciendo eso. Le miró los labios instintivamente, tuvo que alzar la cabeza un poco a pesar de que ella ya fuera alta. Se puso de puntillas para poder acercarse más a su cara. Rozó sus dedos con sus labios y se dejó llevar por lo que su cuerpo estaba sintiendo en ese momento. Le dio un beso suave y sin separarse mucho le volvió a mirar a los ojos, él sin poder reaccionar mucho la agarró por la cintura para acercarla, si se podía más, a su cuerpo. Subió las manos hasta sus mejillas y ahora fue él quien la besó. La besó fuerte, con miedo de que no fuera real, que desapareciera. No quiso cerrar los ojos para no perderse nada o para no pensar que podría ser un sueño si los cerraba.

- Pensaba que.. - empezó a decir él

- Shh - susurró ella entendiendo sus dudas - Creo que te quiero pero no puedo casarme, no puedo atarte a mi, no sería la mujer que necesitas. 

- ¿Y que clase de mujer necesito? - dijo él con una sonrisa en la cara

- Alguien que te quiera como te mereces, yo no se ni si se querer 

- Querer es cuidar, mimar y ser feliz. Creo que las cumples todas sin esforzarte. Me has cuidado, mimado y me haces feliz. Cásate conmigo

- Si salimos de esta me lo pensaré 

Sus labios se juntaron, sus manos se enredaron y el alma de ambos se les marcó para siempre. 

- No puedo dejarte sola, lo sabes, ¿no? Te acuerdas cuando me preguntaste porque me preocupaba por ti, es porque te quiero. No puedo evitarlo, lo siento en mi tan profundamente que no puedo ni pensar que pasaría si te perdiera

- No puedes pero lo harás - ahora fue ella quien le cogió la cabeza con las manos y con un beso le durmió. Había empezado a controlar su poder de una manera asombrosa - Lo siento

Correrá la sangre el día que despierte el lobo [[COMPLETA]]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon