Aidyn

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Llegaron al castillo antes de lo previsto. La madre de Aidyn los estaba esperando junto a una niña de cuatro años de edad de nombre Lisb, hija de Aidyn. Su mujer había muerto al dar a luz a esa pequeña princesa de cabellos rojos.

- ¿Cómo puedes llevar dos año en tierras vikingas, sin saber si volverías teniendo una niña de apenas cuatro años en tu hogar esperándote? - dijo afligida Valkyria, mientras un par de lágrimas le caían por sus ojos. Había pasado por su lado con el caballo simplemente para decirle aquello en el momento que se había enterado. Su hermana que estaba al lado de Aidyn miró con reproche a su hermana por ser tan directa e insensible pero pareció que Valkyria ni se daba cuenta.

- Era mi deber acompañar a Rosmary a vuestras salvajes tierras para que se casara con Ivars. No por gusto, no tuve elección - dijo Aidyn apretando el paso de su caballo para atrapar a Valkyria que había pasado hacia delante. Se dio cuenta que todos los que estaban a su lado se quedaban más atrás para dejarles espacio para hablar, aunque fuera una discusión. 

- Siempre hay elección y ella es tu hija - sus ojos desprendían rabia. Valkyria había nacido sin tener unos padres, aunque Freyja y Sigurd los consideraba como tal, ella sabía perfectamente que su lugar no era con ellos. Siempre se había sentido sola y abandonada y ahora ver la cara de esa niña que no debía ni recordar a su padre le rompió el alma.

- ¿Sabes? Siempre te crees que sabes lo que deben hacer los demás pero no aceptas que nadie te diga lo que debes hacer tu. Estaría bien que aprendieras antes de intentar dar lecciones de moral 

El silencio reinó entre ellos hasta que los caballos llegaron justo al frente de la gran puerta que daba inicio al castillo. 

- Hola mi pequeño - la madre de Aidyn era una mujer alegre y muy afable. Y aun seguía teniendo el porté de una reina, una elegancia sublime, había llevado las tierras que ahora pertenecían a su hijo con mucha inteligencia y valor a pesar de la falta de hombres en el reinado des de su partida - No sabes la alegría que tengo de por fin estés en casa - Aidyn bajó del caballo de un salto para abrazarla efusivamente y besuquearle la cara 

- Estás guapísima mamá. Y me pequeña monstruo aun más - cogió a su hija en brazos la cual lo miró dudosa - Hola bonita, soy papá

La sonrisa que se le escapó en los labios reconfortó a Aidyn después de la conversación con Valkyria, que tanto se le había clavado en el pecho, esa sonrisa era aire. El peluche de la niña se le calló en el suelo en el momento que abrazó a su padre con sus manitas diminutas. Así que Valkyria, que a había bajado del caballo, se agachó a cogerlo mientras se apartaba un poco para poder ver esa imagen tan bonita. Los ojos de estos se cruzaron y sin poder evitarlo un corriente eléctrico traspasó de uno al otro por mucho que Aidyn estuviera dolido con ella por su sinceridad inhumana.

- Veo que has traído invitadas hijo

- Una historia larga - cortó antes que su madre empezara con las preguntas. Los ojos de Aidyn cuando consiguieron dejar de mirar a Valkyria se dirigieron a su hija la cual seguía meciendo.

- Muy bien esta noche ya me la contaréis, por favor, Marger y Elda, empezar a preparar las habitaciones para los invitados y esta noche avisad al pueblo que habrá una gran fiesta en honor a nuestros valientes hombres. 

- Para mi no señora, voy a hospedarme en el pueblo o en el bosque - dijo Valkyria agachando la cabeza en modo de sumisión como siempre había hecho de pequeña

- Tonterías, una dama nunca duerme a la intemperie

- Entonces me gustaría ofrecerme para ayudar en el hogar y así no estar en deuda con usted

- Oh pequeña, eres humilde y creo que tienes un gran corazón pero eres una invitada y no voy a permitir ningún pago por mi hospitalidad. Hay camas de sobras

Valkyria iba a decir que no lo aceptaba pero Rita ya estaba dándose la vuelta para entrar en el castillo.

- Má siempre tiene razón - dijo la pequeña con gracia refiriéndose a su abuela mientras estiraba sus brazitos para que le devolviera el peluche. Y tal cual lo cogió Aidyn la dejó en el suelo y ella empezó a correr en la misma dirección que su abuela...

- ¿Má?

- Su madre murió en el parto, solo ha conocido a su abuela como a una madre. Es su manera de decirle mamá a sabiendas que no lo es

- Y ¿cómo sabes eso si llevas dos años en tierras vikingas según me han dicho?

- Deja de preguntar por mi Valkyria, aun pensaré que te intereso - dijo el con guasa aunque estaba muy cansado y en la voz le salió un rastro de amargor por ese tema que tanto le dolía

- Cállate estúpido - dijo ella mientras se avanzaba ignorándolo

- Siempre he estado en contacto, me he escrito correspondencia con mi madre y siempre me ha contado cualquier cosa que tuviera que ver con mi hija. Nunca la he abandonado, ¿me oyes? - dijo explicándose, no entendía porque le importaba lo que esa cría pensara de él.

- Escucha Aidyn, lo siento, pero yo nunca me hubiera ido de su lado - dijo Valkyria girándose hacia él

- Ni yo - y sus ojos relataban palabra por palabra todo el dolor que había supuesto la marcha de sus tierras hacia dos años atrás. Después de unos segundos eternos mirándose en silencio Aidyn habló - Mira Valkyria eres cien por cien sincera siempre, y eso es una buena cualidad si sabes cuando toca decirlo y como hacerlo pero tu eres peor que caerse encima de un puerco espín o de un cactus. Hasta diría que dolería menos caerse de un precipicio que escucharte. No sabes decir las cosas, haces daño porque no piensas lo que dices ni tienes filtro en nada. Agradecería que a partir de ahora no volvieras a dirigirme la palabra más y que limitaras a hablar si te preguntan. Esta es mi casa y no permitiré que hagas más daño con tu lengua visperina.

Dicho esto Aidyn pasó por su lado con la cabeza alta y con un dolor impresionante en el pecho por haberle dicho todo eso a Valkyria. Pero se sentía débil delante de ella hiciera lo que hiciera y tenía que mantener su decisión de alejarse de ella. Su mirada lobuna la atraía profundamente tanto que le nublaba la razón y cuando sus ojos se habían empezado a humedecer a medida que hacia su discurso su alma se había partido en dos arrepintiéndose al instante de cada una de las palabras. Pero era tarde, se había dicho, era el señor de esas tierras no alguien cualquiera. Escuchó como se subía al caballo y empezaba a correr, se giró para ver como se dirigía al bosque y Ross la seguía. Una punzada de celos le recorrió la espalda entera pero ya que el no podía ir detrás de ella al menos estaría protegida por alguien de confianza.

- ¿Sabes Aidyn? Te has pasado tres pueblos. Lleva sola seis años y otros diez sin nadie que no fuera yo. Comparto contigo que no tiene filtro pero no se la puede culpar de ello solo enseñar a relacionarse

- Y ¿me lo dices tu después de la que montaste en el barco? - escupió Aidyn a la defensiva

- Sí, te lo digo yo. Después de la que monté en el barco porque me arrepiento de todo lo que le dije. La perdí hace seis años y hace unos días pensé que la volvía a perder cuando todo lo que ha hecho ha sido por y para mi. No voy a permitir volver a perderla ni que le hagan daño. No le hables pero tu también deberías callar a veces - Kaysa levantó su mentón como le había enseñado su madre y entró en el castillo al lado de Haakon con paso firme.





Correrá la sangre el día que despierte el lobo [[COMPLETA]]Where stories live. Discover now