Correrá la sangre el día que despierte el lobo [[COMPLETA]]

Una de cal y otra de arena

Las noches eran frías pero no tanto como las noches en las montañas vikingas. Valkyria seguía durmiendo entre sus dos fieles compañeros lobos mientras todo el mundo dormía dentro de camarotes y bodegas para intentar mantener el calor en su cuerpo. Había aprovechado la noche para empezar a controlar sus poderes. Empezó moviendo cosas sin tocarlas y acabó utilizando su dolor para crear fuego de sus manos. Cada vez que lo hacía notaba como su cuerpo se iba debilitando así que entendió que no podía permitirse no comer más. Por lo tanto al día siguiente se sentó en la cocina junto a la gente que conocía.

- Uy mira quien se ha dignado a aparece - Kaysa escupió esas palabras con veneno

- Está bien Kaysa, dale tiempo - dijo Aidyn viendo como Valkyria agarraba una servilleta y la estrujaba en su mano

- Tu siempre defendiéndola - dijo Kaysa levantándose y dando un golpe en la mesa 

- No pagues con él tu rabia hacia mi - sus miradas se cruzaron con rabia

Valkyria se levantó y salió fuera a la cubierta esperando que su hermana la siguiese. Y así fue.

- ¿Vas a dignarte a hablarme?

- Lo siento Kaysa. Sigo pensando en la muerte de nuestros padres

- QUERRÁS DECIR DE MIS PADRES - chilló Kaysa llorando como nunca antes la había visto y dándole mucha énfasis a ese mis para hacerle daño

- Sí, tus... padres... - susurró Valkyria mientras el viento se llevaba sus palabras - siento que podría haber hecho más. Podría haberos protegido a todos, pero no me hiciste caso en ningún momento. PODRÍA HABERTE PASADO ALGO! - dijo Valkyria sintiendo como todo el dolor que sentía en el pecho se distribuía por todo su cuerpo - No ahora no - dijo susurrando cuando empezó a ver pequeñas llamas en sus dedos

- Me ha quedado claro que soy la culpable de todo, no creas que no me he odiado por ello una y otra vez. Pero tu siempre eres la perfecta, a ti padre te dejaba hacer todo. Yo nunca he podido ser la vikinga que mi pueblo esperaba. - decía mientras andaba de un lado para otro desesperada

- Kaysa.. por favor...  Nunca he querido decir eso

- Pero no me diriges la palabra y será por algo - soltó aun con más rabia. Kaysa estaba pagando con los demás su miedo, su culpa y su inseguridad

Valkyria se sintió aun más mal al darse cuenta de lo que había provocado en su hermana. El recuerdo de sus padres y la culpa por el dolor de su hermana empezaron a invadirla tanto que su cuerpo empezó a arder sin poder ponerle remedio.

- Valkyria, estás ardiendo... - dijo atónita 

- Mierda - intentó respirar para aplacar el dolor que sentía pero no había manera de frenar lo que le estaba sucediendo, no sabía controlar ese huracán de sentimientos que la estaban aporreando el pecho con fuerza

En ese momento Valkyria vio como Aidyn y los demás salían por los chillidos que Kaysa estaba profiriendo en la cubierta y antes que saliera toda la tripulación Valkyria se dio la vuelta y saltó al mar sin pensarlo. Necesitaba esconderse y evitar quemar todo el barco.

- Nooo - escuchó la voz de Aidyn antes de sumergirse en las aguas de ese mar frío y oscuro

Notó como aun ardía y brillaba debajo las aguas pero la calma que podía escuchar allí dentro empezó a calmarla de una manera sublime. El silencio le inundó los pensamientos y simplemente cerró los ojos y se dejó llevar por esa paz. De golpe un ruido hizo que abriera los ojos y un cuerpo se aproximó hacia ella cogiéndola a pesar de las pequeñas llamas que aun salían de sus manos a pesar del agua. La agarró de la espalda y la aproximó a su cuerpo, le quitó los pelos de la cara para ver si respondía y cuando vio que los ojos de Valkyria lo miraban todo el cuerpo de Aidyn se relajó. Aidyn había saltado de la cubierta del barco sin pensárselo dos veces, temiendo que le pudiera pasar algo. La abrazó allí dentro de ese mar oscuro iluminado por la luz que Valkyria desprendía y le acarició el lóbulo de la cara para luego ponerse la mano en el pecho tal y como había hecho Valkyria el día que se conocieron. Ella le correspondió el gesto y se acurrucó en su pecho hasta que las llamas se apagaron del todo. Nadaron hasta la superficie donde a menos de 20 metros venía uno de los botes del barco.