Capitulo treinta y cuatro. 𝗟𝗹𝘂𝘃𝗶𝗮

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Un largo suspiro se escapó de sus labios, aligerando finalmente el peso que sobre su pecho se había acumulado a lo largo de esos extenuantes y tortuosos días, fueron tan agobiantes que, sin percatarse, su cuerpo, mente y alma, terminó por sumirse en la espesa oscuridad de la desesperanza y miedo, creyendo que el final que había sido escrito era inminente y sin que él pudiera hacer algo al respecto.

No obstante, ahora lo que en su mente lograba divisar no era más que un enorme lago de agua cristalina, rodeado de la tranquilidad que durante tanto tiempo estuvo buscando. Ya no habían rastros de lo que alguna vez fue un túnel oscuro, sombrío y desesperante, por fin había podido encontrar esa esperanzadora salida y ahora, no le quedaba más que disfrutar de aquella luminosidad que lo rodeaba.

Una corta sonrisa se dibujó en sus labios, regresando su atención parcialmente a las personas que lo rodeaban, Izuku se encontraba sentado a su lado, apoyando su cabeza sobre su hombro, su ánimo había mejorado, pero aún mantenía una cercanía significativa con cualquiera de ellos; Katsuki estaba sentado en frente de ambos, centrado en la conversación que mantenían Eijiro, Yaoyorozu y Denki, con el ceño levemente fruncido, como de costumbre.

En definitiva, ese era al lugar al que quería pertenecer.

—¿En qué piensas, Todoroki kun? —Interrogó Izuku, advirtiendo el continuo silencio del bicolor.La mirada de este pronto se esclareció, volviéndose en dirección a Izuku, pronto en sus labios se formó una corta sonrisa al encontrarse con la presencia ajena, para después hablar:

—Nada en particular, simplemente estoy feliz de que todo se haya solucionado.

Suspiró. —Yo también, creo que por este año tuvimos suficientes problemas. Y en verdad espero que no hayan más en el futuro. —Añadió, bajando su mirada hacía los muslos ajenos, donde descansaba la mano de Shoto.

—Estando Enji ya a un lado, no creo que volvamos a tener problemas de este tipo de nuevo... Él es la única persona que podría ser un obstáculo así de grande para nosotros...

En ese momento llegó a su memoria su último cruce con el adulto, situándose en el exterior del campus, minutos después de que hayan terminado de limpiar la residencia y se hayan decidido por ir a la cafetería que Kaminari había ofrecido.

El teléfono de Shoto vibraba intensamente en su bolsillo, por lo que debió detenerse unos cuantos segundos para verificar de quién era esa nueva llamada entrante, encontrándose en el identificador de llamadas con el contacto de su "padre". Con recelo, le había avisado a sus compañeros que atendería, para luego retroceder unos cuantos metros en sus pisadas y terminar por atender la última llamada que llegaría a tener con Enji durante mucho tiempo.

—¿Ahora qué quieres? —Interrogó directamente apenas la llamada conectó, su voz era firme al igual que su postura, él no quería tener que escuchar esa molesta voz de nuevo ese día.

—Quería hacerte saber que estás condenándote al escoger a esas alimañas que haces llamar tus destinados.

—Tú eres la última persona que puede llegar a decirle alimaña a alguien más, Enji.

—Si no fuese por mí, nunca hubieras logrado llegar al nivel en el que te encuentras. —Refutó, firme. Teniendo un tono de voz de altanería según los oídos del bicolor.

—Quien se esforzó por estar en esta posición desde un inicio fui yo, por lo que no tengo nada por lo que agradecerte. Si eso es todo lo que ibas a decir, no tengo motivos para continuar con la conversación. —Dirigió su teléfono hacía el frente, colocando su dedo pulgar encima del botón para colgar.

—Recuerda esto, Shoto... —Llamó su atención, frenando su movimiento— Mientras estés al lado de esos dos, no lograrás tener la vida que quieres.

𝗔mor 𝗱e 𝗧res || 𝗕𝖺𝗄𝗎𝗧𝗈𝖽𝗈𝗗𝖾𝗄𝗎Where stories live. Discover now