Todo Lo Que Quiero (#2)

22. Tortura

¡Último capítulo del año!

Quiero leer muchas reacciones porque es un capítulo muy, pero muy importante. No olviden de votar y dejar algún comentario...

Narra Austin

9 de Junio, 2024.

Cierro lo ojos y dejo salir un largo suspiro. Mis pensamientos no me dejan trabajar y aquello me estresa demasiado, necesito terminar estos informes.

—¿Me dirás que es lo que te tiene tan distraído? Hasta pareces enojado. —Amos me mira con el ceño fruncido.

Se supone que hoy estaríamos trabajando en un proyecto que tenemos en mente hace muchos meses y por eso mi hermano se encuentra en mi oficina.

Me remuevo en la silla ante su pregunta. Confío en Amos, pero también estoy tan aterrado con todo lo que ha estado pasando últimamente. Tengo miedo a sus reacciones.

—No entiendo a qué te refieres. Solo estoy algo cansado —me excuso.

Veo claramente como me da una sonrisa arrogante mientras se cruza de brazos sin dejar de observarme fijamente.

—¿Me crees tan estúpido? —Abro la boca para responder, pero me interrumpe—. No respondas a eso, ya sé cual será tu respuesta. —Rueda los ojos— Hablo en serio, Austin. Hoy estás... muy diferente, no sé cómo explicarlo.

Aflojo la corbata dejándome caer en la silla con resignación. Me paso las manos por el rostro varias veces intentando tranquilizar este tormento tan tortuoso.

—Austin... —murmura. Intuyo un toque de preocupación en su voz.

Finalmente lo miro. Necesito decirle todo esto que siento a alguien y creo que Amos es la persona perfecta, él me puede aconsejar de la mejor manera.

—Tenías razón —son mis primeras palabras.

—No entiendo de lo que hablas. —Su rostro está teñido con confusión.

Cuento hasta diez antes de comenzar hablar. Estoy asustado.

—Bueno, en realidad Rose tiene razón sobre la niñera... —confieso.

Amos no cambia su confusión hasta luego de unos segundos cuando parece que ha comprendido mis palabras. Él me apunta ligeramente sorprendido y yo solo puedo darle una sonrisa de boca cerrada.

—Debes de estar bromeando ¿Ha pasado algo entre ustedes? —pregunta. Se remueve en el asiento y se acerca un poco más al escritorio, como si el tema fuera un secreto.

Niego, a su pregunta.

—No, y ese el maldito problema —me quejo—. No entiendo como esa mujer a logrado entrar a mis pensamientos si con suerte pasamos del saludo. —Termino por quitarme la corbata por completo cuando siento mucha calor.

Amos se desordena el cabello y sus ojos se entrecierran.

—Espera, ¿no estás bromeando?

Dejo salir una risa irónica. Este idiota...

—¡¿Crees que estaría en este estado si fuera una maldita broma?! —Me apunto con desesperación.

Amos levanta las manos en un gesto de paz. Bueno, puede que me haya pasado un poco, pero es que no entiende lo que estoy pasando.

—Entonces... Si dices que entre ustedes no ha pasado nada, pero que sientes algo por ella —habla con lentitud—. ¿Acaso no sería lo correcto? Eres su jefe, Austin.

—Ese es el problema... —Apoyo los codos en el escritorio y me tomo la cabeza—. Quiero que entre nosotros pase algo, ¡lo quiero mucho! —exclamo angustiado.