27. Momento

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Ya saben... Denle el apoyo al capítulo con sus votos y comentarios (200), y les subo el cap 28 en unas horas.

Yo siempre cumplo mis promesas...

Narra Stacy

25 de Junio, 2024.

Mis mejillas arden al ver como Verónica ríe a carcajadas por lo que le he dicho. Sabía que esta mujer se iba a burlar, pero necesitaba contárselo.

—Dios, no lo puedo creer. Se supone que iban a tener cuidado —sigue riendo—. Así como van, de seguro la niña se dará cuenta por si misma.

Termino atragantada con el jugo, y Verónica tiene que darme algunos golpes en la espalda para sacar el aire.

—No lo digas ni de broma —imploro. Me toco el pecho con nerviosismo.

—¿Qué? Puede ser una opción. Ustedes no están siendo muy disimulados que digamos. —Se encoge de hombros.

En eso no la puedo contradecir. Juro que intento tener cuidado, intento que nuestros acercamientos no se salgan de control, pero ese hombre no me tiene compasión.

En cualquier oportunidad a solas lo tengo detrás de mí, y no puedo negarme porque me encanta estar cerca suyo.

—Él no me la pone fácil —me quejo—. No es mi culpa.

—Pero tampoco la suya, estoy segura que de igual manera no le pones mucha resistencia. —Me da un golpe en el hombro divertida.

Ruedo los ojos, fastidiada, aunque, no lo estoy ni un poco.

Esa tarde casi me da un infarto cuando vi a Hilary a solo unos metros de nosotros, y me siento desmayar al solo pensar que nos pudo ver besándonos.

Austin y yo tuvimos el miedo de que si lo hubiese hecho, pero ella actuó muy normal y nunca hubo preguntas. Así que, quisimos creer que no lo vió.

—Me cuesta decirle que no a, Austin —murmuro.

Verónica me mira fijamente, y presiona los labios. Cierro los ojos al entender porqué está así y ya me veo venir sus burlas.

—¿Ya no es señor Austin? ¿Ahora es solo Austin? —pregunta, con pícardia—. Esto se pone cada vez más bueno. —Mueve las cejas de forma insinuante.

Por favor señor, dame paz con esta mujer que me vuelve loca. Prometo que le tengo cariño, pero a veces me dan ganas de zarandearla.

—No tengo idea de que hablas —me hago la desentendida.

Si no me acuerdo, no pasó ¿cierto?

—Claro... Ya que estoy tan sorda, que ahora me invento las cosas. —Frunce el ceño—. Ahora mismo me darás los detalles. Hace unos días me dejaste muy en claro que te iba a costar demasiado dejar las formalidades, pero ahora te veo muy a gusto. —Me giña.

Las mejillas me arden. Esto me pasa cuando escupo para el cielo, ahora me ha caído en el rostro, y debo soportar a mi amiga intensa.

¿Puede haber algo más estresante? Yo creo que no.

—Ya sé lo que dije —murmuro—, pero él insistió mucho, y creo que está bien. No sería muy normal que le dijera señor, si estamos en una relación.

Verónica me da una sonrisa maliciosa. ¡Por favor no!

—Bueno... Si lo pensamos bien. Que le digas señor en otras ocasiones no se vería muy extraño. —Se encoge de hombros mientras deja salir una risa.

Todo Lo Que Quiero (#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora