47. Latidos

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En serio pensé que hoy no les iba a poder actualizar, pero siempre me sorprendo jsjs

Es un capítulo muy especial, léanlo despacio *guiño*

No olviden de darle apoyo al capítulo. 200 votos y 200 comentarios.

Narra Stacy

Un pitido agudo me trae a la realidad y me obliga a abrir los ojos. Frunzo el ceño al ver que todo está a oscuras y solo la se refleja la claridad de la luna por la ventana.

Los recuerdos de lo que pasó hace unas horas llega a mi mente y enseguida bajo la vista a mis manos donde tengo algunos cables y estoy conectada a suero.

Trago saliva. Tengo un rasguño en el brazo y un leve dolor en una pierna, pero no hay nada más allá y estoy totalmente agradecida.

Me llevo una mano al pecho al ver la imagen de una persona durmiendo en el sofá, intento descifrar de quien se trata, pero me es imposible por lo que prendo la lámpara de la mesa a mi lado.

¡No fue una alucinación! ¡Austin si estaba conmigo cuando fue el accidente!

Me es inevitable no detallar su rostro al verlo tan tranquilo, tiene un poco de barba, pero es el mismo Austin que conozco. Puedo notar que lleva un traje y es que ni siquiera me sorprende.

Dejo de mirarlo al sentir que la garganta me pica, para ser sincera tengo mucha sed, así que con cuidado me muevo para tomar la botella de agua y también un beso, pero este se me resbala de las manos haciendo un gran ruido.

No pasan ni cinco segundos para que tenga a un Austin asustado mirando hacia todos lados y cuando finalmente su mirada de encuentra con la mía solo puedo sentir como mi corazón late desbocado.

No soy capaz de decir absolutamente nada y al parecer él tampoco ya que solo se acerca cauteloso. Mi respiración se acelera y es un poco vergonzoso porque la maldita máquina a mi lado me delata, pero Austin ni siquiera la mira, sino, que extiende sus manos hasta que estas toquen mis mejillas y solo puedo cerrar los ojos ante la sensación.

Las ganas de llorar me invaden cuando su frente choca con la mía y no quiero abrir los ojos temiendo que sea un jodido sueño.

—Sabía que estarías bien, sabía que eras la mujer más valiente y fuerte que conozco —susurra y a los segundos siento sus labios sobre mi frente.

No digo nada porque la maldita garganta no me lo permite, así que abro los ojos encontrándome con su mirada preocupada.

—¿Te duele? —Niego, enseguida porque a penas, siento un poco de dolor en una pierna—. ¿Necesitas algo?

Hago lo posible para hablar.

—Agua... —es lo único que puedo murmurar.

Él asiente enseguida y toma otro vaso para servirme agua. Doy grandes sorbos porque realmente estoy que me muero de sed y suspirando se lo entrego.

Ambos volvemos a quedar en silencio y solo puedo bajar la vista a mis brazos y manos donde aún están los cables.

—¿Cómo...?

Me interrumpe antes de que siga.

—Fue una persona ebria que pasó en rojo e impacto con tu costado —explica—. Lo bueno es que no sé dió a la fuga y aún alcolizado hizo todo para ayudar —sisea lo último.

Asiento, con lentitud.

Todo pasó demasiado rápido que ni siquiera alcancé ver el auto para poder evitar todo esto. Aunque, dudo lo hubiese podido.

Todo Lo Que Quiero (#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora