𝔘𝔫 𝔭𝔬𝔢𝔪𝔞 𝔡𝔢 𝔦𝔯𝔞 𝔶 𝔱𝔯𝔦𝔰𝔱𝔢𝔷𝔞

241 19 17
                                    

Capítulo XVIII

Un poema de ira y tristeza


La cabaña que se había convertido en un hogar para Harry y Louis era rustica, de madera oscura y no demasiado grande. No tenían mucho, a decir verdad no necesitaban nada, pero tener un lugar físico al cual volver era reconfortante después de todo.

Harry había casi llenado por completo los alrededores con plantas y flores de distintos tipos y colores, era encantador ver las flores en medio de la nieve, tantos colores en medio de un paisaje de témpanos helados y fríos tonos resultaba casi mágico.

A Louis le gustaban las flores, en especial porque hacían feliz a Harry. Solía ayudarle a plantarlas, perfectamente podían hacer que brotaran de la tierra directamente, pero el ángel había alegado que eso era un trato frío para ellas, no se lo merecían. Era mejor plantarlas con sus propias manos, escarbar en la tierra, ensuciarse, colocar suavemente las raíces y bañarla delicadamente con agua; dedicarles tiempo y hacerlas sentir amadas.

La fascinación de Harry por las plantas mundanas era confusa para Louis, no lo entendía, pero no refutaba cuando su ángel solicitaba su ayuda en el pequeño jardín que habían formado juntos.

–Soy un desastre en esto.– bromeó Louis en una risa nerviosa.

–Oh no, yo creo que lo haces bien.

–Solo quieres hacerme sentir mejor.– refutó con gracia, provocando algunas risas muy poco disimuladas por parte de Harry.

–Lou, las raíces deben ir abajo y la flor arriba, no al revés.– corrigió el ángel caído con una sonrisa cómica.

–¿Cómo iba a saber eso?– dijo exasperado el nephilim, uniéndose a las risas de su amante.

–La flor es morada y las raíces marrones.

–... ¿Por qué de repente estamos trabajando?– intentó cambiar de tema cuando empezaba a sentirse cada vez más ridículo, aun así mantenía una sonrisa de complicidad en su rostro.

Harry soltó una risa algo duradera.

–Es lindo tener pasatiempos, despejan la mente y evitan que pienses demasiado.– explicó mientras colocaba de forma correcta la flor de lavanda sobre la tierra humeda.

–¿Piensas demasiado?

–A veces.

–¿En qué piensas?

–En mí.

La respuesta de Harry no había sido cortante o frívola, y no sonaba triste, había usado más un tono levemente resignado que hizo enmudecer a Louis de inmediato. No le gustaba que su amante hablara de esa forma, cuando la culpa se dejaba ver a través de sus palabras aparentemente desinteresadas, era un recordatorio doloroso de lo que había pasado y le hacía ver al nephilim que aunque Harry pareciera llevarlo bien, realmente no estaba bien, y eso dolía en su pecho.

–Harry...

–Está bien, ya lo hemos hablado. No fue tu culpa.– aclaró adivinando los pensamientos de Louis.

–Ni tuya.– la determinación en su voz hizo callar al caído. –Harry, no tenemos la culpa de nada porque no hicimos nada malo– cuando ve que su amante abre la boca dispuesto a debatir aquello añade con más claridad –nada malo.

Hubo un silencio tranquilo por un par de segundos en los que Harry simplemente admiró a Louis con una mirada que el nephilim no supo interpretar, hasta que su ángel sonríe soltando un suspiro de resignación.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 01, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La Biblia de los BastardosWhere stories live. Discover now