Hoy es tu turno

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Los trabajos manuales, las horas libres, los recreos y las siestas no cesaban en el preescolar. Era un tranquilo día miércoles y ya habían pasado unas tres semanas desde la excursión al zoológico de los niños. Las cosas habían transcurrido de manera muy normal desde entonces, salvo por un detalle, el cual no solían notar los otros niños, mas sí los amigos de Shinji. Y esto era el hecho de que él ya no se separaba de Kaworu casi en ningún momento del día.

Para ese punto los dos amigos pasaban tanto tiempo sin despegarse la vista uno del otro que apenas y se daban cuenta de la presencia de los demás compañeros.

Y no era que entre ellos no notaran ese cambio. Vaya que sí, pero no les importaba mucho. Preferían pasar el día entero charlando, jugando, tomándose de las manos y haciéndose ojitos sin darse cuenta.

―¿Qué bicho les picó? ―comentó Asuka en el primer recreo. Se hallaba jugando en una esquina del patio con Hikari― Están muy raros...

―Ni idea, pero no cambia mucho, ¿no? ―respondió la niña.

―Eso puede parecer, pero nunca antes habían estado tan juntos. Sabía que Shinji era medio tonto... ¡Pero no para fingir que nosotros no somos sus amigos!

―Tranquila, debe ser que lo pasan muy bien entre ellos, no es que Shinji ya no quiera ser tu amigo...

―Más le vale... Tonto Shinji.

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En la tercera y cuarta hora, todos se encontraban haciendo unos cuantos ejercicios de matemáticas en conjunto.

―¿Uno más uno? ―preguntó Misato.

―¡Dos! ―respondieron todos juntos.

―¿Dos más dos?

―¡Cuatro!

―¿Cuatro más cuatro?

―¡Ocho!

Mientras Shinji respondía esforzándose cada vez un poquito más, Kaworu trataba como siempre de acomodarse a lo fácil que era aquello. Tanto que estaba un poco aburrido.

A medida que pasaba el tiempo, el chico había descubierto que en aquel espacio, todo iba a un ritmo mucho más lento de lo que él necesitaba. Se haría tal vez bastante tedioso todo el resto del año en ese ámbito, pero tampoco quería dar cuenta de la situación a sus padres, puesto que muy probablemente moverían piezas para llevarlo a una escuela. Y por supuesto que él no quería dejar el Kinder; ya tenía un adorable y simpático amiguito en ese lugar y no lo cambiaría por nada del mundo.

Sí... A sus ojos sí que era bastante adorable.

Como sentía que no se perdía de mucho, en las clases donde solían haber algunos tipos de lecciones y ejercicios simples, Kaworu estaba acostumbrándose cada vez más a mirar con atención los varios gestos divertidos y singulares que Shinji hacía sin darse cuenta. A veces este lo sorprendía pero en esos casos sólo se limitaba a sonreír, y Kaworu obviamente, le sonreía de vuelta.

Aunque en algunas excepcionales ocasiones el chico mayor había conseguido sacarle algunos sonrojos involuntarios. Pero esto pasaba únicamente cuando el menor era sorprendido intentando sumar con los dedos, ya que por lo general era algo lento al hacerlo y aquello le avergonzaba.

―¿Está bien esto, Kaworu? ―Shinji le mostró su cuaderno a Kaworu, para que le ayudara a revisar rápidamente las mini operaciones que había resuelto.

1+1=2

1+2=3

4+1=5

Todos los números escritos con diferentes colores.

Seamos amigos (KawoShin)Where stories live. Discover now