El gran golpe

696 69 124
                                    

Kaworu Nagisa, su mejor amigo. Su único amigo. Kaworu Nagisa, el niño más tierno que había conocido. El más dulce, el más comprensivo, el más lindo. Kaworu Nagisa, su chico especial.

¿Cómo pudo haberlo tratado así de mal? Esquivar su mano, su abrazo... Todo sin ningún miramiento... Definitivamente repasarlo todo una y otra vez en su cabeza lo hacía sentir como la peor persona del mundo.

Sabía que debía compensar los malos tratos que le dio, pero ¿Cómo hacerlo? Si se desahogaba y le decía exactamente lo que ocurría, puede que Kaworu lo odiara. O no, tal vez no, pero quizás dejara de ser su amigo. O no, tampoco. ¿Por qué haría eso? Si Kaworu siempre le había demostrado un cariño muy sólido.

¿Realmente qué sería lo peor que podría pasar?

Que Kaworu no sintiera lo mismo, sólo eso.

Cada vez se sentía más resignado a lidiar con esa idea, pero también, cada vez la odiaba más. Enfrentar el rechazo sería durísimo, pero no tenía muchas opciones. Después de todo, peor que eso sería perder a Kaworu como su amigo. Como su mejor amigo.

Shinji no tenía mucha idea de qué ocurriría o de cómo terminaría el día, pero el huir como un cobarde solo lo había hecho sentir peor.

Era hora de enfrentarse a sí mismo.

---

Mientras transcurría el segundo recreo, Kaworu se dirigió rápidamente hacia el patio trasero como le había indicado Asuka. No esperó casi nada en el mismo lugar de las bancas, hasta que logró divisar a un confundido Shinji que seguía caminando torpemente a su encuentro.

—¿K-Kaworu...? —dijo en un hilo de voz, bastante avergonzado a la vez que se acercaba más a paso lento.

—Shinji... —avanzó hacia él rápido como por inercia, y al estar lo suficientemente cerca se percató de que había llorado un poco— ¿Te encuentras bien? —preguntó con voz suave.

—Lo siento, Kaworu —musitó suavemente.

—¿Qué? —respondió de igual forma— No te entiendo bien...

—Que yo... Lo siento mucho. Perdón... —se sonrojó al máximo y evitó su mirada. Aún así su tono de voz era increíblemente dulce y sosegado, por lo que Kaworu sonrió medianamente satisfecho.

—No te preocupes. Te... te perdono, Shinji —le dedicó una sutil sonrisa con la que Shinji se sintió un poco más confiado.

—¿Estuviste llorando otra vez? —el castaño intentó disimular— ¿Qué pasa, Shinji? —pronunció cada palabra con sumo cariño, lo que derritió el corazón al pequeño, aunque al mismo tiempo la tristeza seguía latente en su pecho.

—No te fijes... No importa... —quería saltarse explicaciones rebuscadas e ir al grano, pero contra todo pronóstico, Kaworu volvió a perder muy rápido la paciencia.

—¡Deja de actuar así!... —alzó la voz, aunque su tono seguía siendo muy cálido— Sólo dime qué te pasa, ¿Sí? —lo sujetó por los hombros, sosteniendo su mirada con preocupación— ¡Por favor! Si no me dices lo que te pasa, yo tampoco podré decirte lo que me pasa...

Hubo una corta pero notoria pausa entre ambos.

—¿Te pasa algo? —preguntó sorprendido, cambiando su semblante de uno totalmente abochornado a uno curioso en cuestión de segundos.

—Más o menos... —desvió la mirada— Pero tú eres el que lleva todo el día actuando muy raro. Así que debe pasarte algo peor que a mí...

—Sí, tal vez... —apenado, volvió a bajar su mirada.

Seamos amigos (KawoShin)Where stories live. Discover now