Capítulo 1 - Parte 2

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A las 9am, y con un semblante pesado, arribó Holmes a Scontald Yard.

—¡Buen día, Vincent! —saludó una secretaria al entrante, quien tan solo se limitó a observar a la mujer con rostro de poca paciencia para las diplomacias cotidianas.

—¡Holmes! —gritó una voz al fondo del pasillo que hizo revolear los ojos de Vincent con un gesto de fastidio. Su mirada se dirigió hacia la voz, que otra vez volvía a hablarle. —¿Has visto la hora? —preguntó inquisitivamente el jefe de policía.

—No, pero por la línea del sol en la ventana imagino que rondamos las 9am... —respondió con suficiencia.

—Me importa poco que te molesten las tareas burocráticas, vas a trabajar como cualquiera, inspector—dijo el jefe haciendo caso omiso al sarcasmo de Holmes.

Vincent dio media vuelta y se retiró masticando enojo. Una vez en su oficina se dispuso a estirar los pies, y mientras jugaba con su péndulo de Newton haciendo golpear las bolitas con diferentes combinaciones, ingresó Denise.

—¡Tenemos un muerto! —dijo Padget con entusiasmo sin siquiera detenerse en el protocolo social.

Holmes abrió los ojos, dejó su péndulo, y al mismo tiempo que saltaba de su silla volvió a ponerse el sobretodo.

—¡Vamos Padge, no hagamos esperar al cadáver!

Si no fuera porque Denise lo conocía muy bien, cualquiera en su lugar hubiera creído que estaba siendo humorísticamente desagradable, pero ella entendió que el comentario era mucho más técnico y genuino que chistoso.

"Al cadáver..." ¿no puede ser un poco más sutil? —Pensó, y mientras pensaba, Vincent huyó de Scotland Yard.

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La policía ya había cercado el perímetro resguardando el 21 de Bloomsbury Square mientras aguardaban a los inspectores designados al caso. La entrada al edificio era pequeña, tenía una corta escalera y las plantas de las masetas estaban bastante descuidadas. Al tiempo que Holmes y Padget avanzaban hacia la puerta, un oficial les transmitía las primeras informaciones:

—Inspector, se trata de un hombre de cuarenta años, estaba divorciado hacía más de cinco años y vivía solo. Hasta el momento, ninguno de los vecinos a podido dar ningún tipo de detalles salvo de sus propias sensaciones al ver el cuerpo. No han escuchado ruidos durante la madrugada y hasta la medianoche todavía no había ningún cadáver, según nos informó el testigo John Wikins.

—¿Quién es ese John? —interrogó Vincent con poco interés.

—Viven en el edificio que está aquí al lado. El balcón de su habitación mira directo hacia la terraza, y como están en el tercer piso, se encuentran apenas unos metros por encima.

—Correcto, oficial. ¿Podrá ir a buscar el material de video de las cámaras? En el parque, frente a la puerta, he podido ver una columna del alumbrado público con una cámara que puede sernos útil —indicó Denise al tiempo que subía las escaleras junto a Vincent y el oficial, quien a su vez se detuvo para encomendarse a la terea.

—No seas ingenua, Padget... —se limitó a acotar Holmes. Denise respondió con un suspiro de hastío.

¿Hasta cuándo podré aguantar...? —se preguntó.

Cuando llegaron a la azotea, Denise creyó ver el brillo de un niño de cinco años ante un regalo en los ojos de Vincent.

—¡Padge! ¡Esto es fascinante! Observa aquí. Las palmas dan al cielo, los brazos están estirados y el rostro mira hacia la izquierda del cuerpo. Hacia la izquierda...

Los casos de Saint Vincent Holmes [Ganadora Wattys2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora