Jeon.

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Hace una semana que Jin fue mordido por aquel Alfa, la marca al inicio de su espalda le recuerda su error al no usar un collar de protección, pero al omega le parecía estúpido llevar uno ya que los Alfas no suelen morder al menos que estén en celo, y aquel no era el caso.


Le tenía tapada con una gasa corta y oculta bajo un polo de cuello bastante largo que alguien en algún verano le regalo.


Tampoco le tomo mucha importancia, Jin poco sabia sobre las mordidas, más que era unión de amor, pero en el lugar donde vivía no había parejas de Alfas y omegas, los omegas siempre eran desplazados como última opción.


Para Jin había otra preocupación más grande que una mordida lacerante en su espalda, y eso era el dinero, dinero para pagar la renta, dinero para él bebe, dinero para comer, a Jin se le terminaba el dinero y suspiraba sobre su cama aturdido sobre que debería hacer.


Después de todo la mordida sanaría con el tiempo, había estado acostándose con algunos betas pero no era suficiente.


De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por el leve llanto de su bebe, no era habitual verle tan inquieto, por lo que le tomo en brazos notando que ardía en fiebre haciéndolo sentirse asustado e inquieto.


Las horas pasaban y el llanto era más grande, por lo que disidido, tomo al pequeño en brazos y salió hacia la clínica publica para betas y omegas que ahí había.


Como lo espero, el lugar estaba abarrotado, mujeres betas dando a luz en la entrada, hombres mal heridos, omegas llorando, abrazando sus estómagos, a Jin no le dieron oportunidad si quiera por ser omega... por ser un hombre.


Pasmado por no tener dinero para un médico particular, harto del llanto de su bebe y angustiado por un futuro incierto, el omega se sentó a orillas de un puente con la mirada perdida ¿Debería lanzarse?, Jin lo medito, hasta ese momento su vida siempre fue dura, trato de ser positivo, pero las ganas de vivir se escapan cuando el estómago duele de hambre, cuando el cerebro no se concentra por aquella necesidad de comer, la angustia subiendo en el pecho y vomitando en el cuerpo, gritando



"Ya no puedo más".



Se sintió angustiado, su bebe posiblemente correría con la misma suerte, seria abusado por alguien, humillado y finalmente embarazado, Jin negó ante ese temible pensamiento, tan triste que trago duro para no llorar


―Ya no llores, pronto se acabará todo―


Le aconsejo perdido en aquella idea donde brincar al vació resolvería todas sus dudas, no iba a llorar, Jin era un hombre fuerte, cuyas lagrimas se habían agotado, se limitó a poner en la balanza las cosas buenas y malas por las cuales seguir con vida pensó eso hasta que un coche se detuvo a la orilla y un hombre bajo caminando en su dirección.

𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑙𝑙𝑜𝑟𝑎𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑣𝑒𝑠  -- 𝑇𝑒𝐽𝑖𝑛𝐾𝑜𝑜𝑘Where stories live. Discover now