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#FelixDíaDelLibro <3

#Dhaxtondibújamecomoatuschicasfrancesas




Lo segundo, es llevarla al límite.


***


VESTIDO DE MENTIRAS


Pese a negarme a tener cualquier tipo de sensación o emoción ante mi inminente situación, tenía que admitir que me encontraba nerviosa. Las manos me sudaban y no podía dejar de hacer cualquier tipo de movimiento torpe que delatara mi estado. Esto empeoró al llegar a la dirección exacta que indicaba la tarjeta de presentación.

El edificio quedaba en una calle más apartada del centro de Wightown, junto a otras edificaciones de aspecto sombrío. No lucía como la clase de lugar en la que Dhaxton Crusoe decidiera caminar; en donde mirase había basura tirada y posas de dudosa procedencia. Me recordaba un poco a la Nueva York en la crisis, cuando todos iban contra todos y la delincuencia era una costumbre.

Necesité comprobar por tercera vez la dirección porque realmente pensaba que me había equivocado de lugar. La fachada del edificio me daba la impresión de estar abandonado, con dos puertas metálicas grandes, enormes murallas de ladrillo viejo y polvoriento, una ventilación de aire con forma de tubo gigante que tenía más aspecto de ser el hogar de muchas ratas y el aspecto de que en cualquier momento saldría una pandilla a secuestrarme.

Me llevé una mano al pecho y suspiré.

Junto a la puerta, había un timbre tan sucio que casi pasaba a ser parte de la sucia pared. Un poco más arriba, atornillada a la pared, había una cámara. Con mi dedo índice apreté el botón.

Nadie respondió.

Toqué el timbre otra vez y esperé sin resultados.

«Lo intentaré una vez más, sino no responde, me iré», pensé.

Ni siquiera tuve que oprimir el timbre de nuevo. Con un gran escándalo, la puerta se abrió. Del otro lado, en el interior del edificio, nadie estaba, solo un pasillo ancho como el de la academia, con piso de madera viejo, paredes de ladrillo que se caían a pedazos y un olor extraño. Me pregunté si valía la pena correr el riesgo de entrar o si largarme cuanto antes. Hubiera hecho lo segundo de no ser porque al final de ese pasillo, en la pared final, logré ver una colección de dibujos.

Entré y la puerta se cerró detrás de mí con el mismo ruido estrepitoso de antes.

—¿Hola?

Silencio absoluto.

Dejé mi bicicleta apoyada en una de las paredes y me preparé. Mis pasos eran precavidos hacia la sala, como si entrara a una zona restringida y procurase que no me descubrieran. La curiosidad me poseyó el momento en que inspiré la distinguible mezcla de olores que un estudio de arte posee. Ese mismo olor que nuestra sala de Boceto y Dibujo. Miré hacia el techo cuando luz natural del crepúsculo iluminó mi rostro; allí arriba todo era de vidrio, permitiendo que el cielo fuese expuesto como una pintura más. Abajo el panorama se pintaba tan hermoso como arriba, con los bodegones y pinturas exhibidas cual galería de arte, de todos los tamaños posibles pero ocupando solo tres escalas de colores: negro, blanco y gris. Todas y cada una de las obras estaban puestas de forma circular, que daban espacio a la intimidad de un pequeño escenario donde los modelos posaban y el sitio donde Dhaxton dibujaba, con su caballete y cómoda silla.

LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la ventaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt