DHAXTON

33.4K 5.5K 2.2K
                                    

3/?


Absurdo.

Es absurdo que llegue a tal extremo por ella.

Jamás imaginé que estaría haciendo trabajo de caridad, mucho menos con las anteriores. Supongo que esta es una de las cosas que la hace más especial y, por ello, que mis deseos por prevalecer al final se manifiesten.

Me pregunto si es consciente de la luz que irradia. Incluso estando en una vestimenta ridícula, ocupando prendas con ese horrible color amarillo detrás del delantal, usando incluso una ridícula malla en la cabeza. Le sonríe a todos los que pasan por delante con sus bandejas, y ellos la miran como si se tratara de alguna divinidad caída del cielo.

Podría estar absorto en sus descripciones, siguiendo todos los movimientos que hace. Es magnética y se ha vuelto más irreverente.

Me gusta.

Me gusta el camino que va tomando esto.

Desaparece en la cocina y sale con el atuendo que llegó y su desayuno. Viene hacia mí, modelando casi entre las mesas. Algunos hombres se le quedan mirando, la escoltan con miradas lascivas que esconden sus perversos pensamientos.

Ni lo piensen.

Es lo malo de estas personas, creen que todos deben actuar para ellos.

Audrey llega a la mesa donde me encuentro y toma asiento a mi lado.

—¿Por qué haces esto?

Se muestra algo sorprendida. No previó mi pregunta.

—Porque muchos necesitan ayuda, y yo estoy disponible para hacerlo. ¿Es que nunca ha nacido en ti las ganas de ayudar a alguien? ¿Has sentido esa necesidad de hacer algo por el otro?

Me es inevitable pensar lo que Seth contó en el almuerzo del sábado. Recuerdo que cuando lo empujé del muelle y cayó al lago, se retorcía con todas sus fuerzas para no ahogarse. Mi padre siempre me había dicho que la mejor enseñanza era la práctica, y mi intención con Seth, cuando me enteré de que no sabía nadar, fue serle de ayuda.

—Sí.

—¿Ves?, eso es lo que siento. —Se toma una pausa para beber de su vaso. Se mancha la curva superior de su labio y se lame inconscientemente—. No sé tú, pero a mí no me gusta ver la desgracia en el prójimo.

—Mentira —objeto.

Frunce el ceño, ofendida.

—Hablo en serio.

—¿Y qué hago yo aquí?

Una carcajada se le escapa.

—Tú eres la excepción, te lo mereces.

—Ojo por ojo y seremos todos ciegos —digo recordando las palabras de mi padre una vez más.

Qué hipócrita de mí usar sus palabras.

—Espero que haya valido la pena —añado y le observo.

—¿Verte con delantal y malla? Definitivamente.

Astuta.

Recorro el sitio y me quedo contemplando el mural que llamó mi atención al entrar. Es una mezcla de muchas escenas de personas reales ayudando a otras, retratos vivos de fotografías que vi en televisión; una mujer ayudando a otra, un grupo de jóvenes haciendo frente a un policía y otros.

—¿Lo hiciste tú?

Ve lo que yo y se muestra nerviosa.

—Ah, sí..., cuando el comedor recién abrió.

—«Ama a tu prójimo como a ti mismo» —repito la frase que está en parte central del mural y un pensamiento se me cruza por la cabeza—. Irónico.

—¿Qué? —curiosea, ladeando la cabeza.

—Que eso diga el mural, pero todos los que están aquí —levanto mi índice y lo hago girar sobre su propio eje—, ante cualquier problema, pensarían salvarse a sí mismos.

Suspira.

—El mundo cada día es más egoísta, por eso unos pocos intentamos hacer lo contrario.

Es un acto noble, pero en vano.

Me quedo mirando su tostada.

—¿Quieres?, puedo traerte uno...

No quiero comer algo de un sitio como este, lleno de borrachos y adictos, pero si insistes...

—Prefiero probar este. —Le doy un mordisco a su pan y mastico cuidadosamente—. No está nada mal.

Audrey se esconde tras el vaso de leche, supongo que para ocultar el nerviosismo tras mi acto.

Bien.

—Creo que ahora quiero un poco de leche.

Antes de que me ofrezca beber de su vaso, beso la zona de su labio superior que ha sido manchada por la leche. Ella se cubre la boca cuando me alejo, se sonroja y actúa con esa inocencia que todavía no puede soltarla.

—No vuelvas a hacer eso —dice, bajando su mano—. No quiero que me beses o me toques sin que yo lo pida.

—¿Y qué hay de lo que yo quiero? —le cuestiono con mi columna inclinada hacia ella—. Estoy cansado de ser paciente contigo, Audrey. Cada día me haces perder la cabeza. No importa lo que hagas, cuando te paseas por el piso, cuando le sonríes a tu gato o me miras con recelo, no importa nada —Me aproximo más con cada palabra hasta quedar a solo un dedo de distancia—. Tú me vuelves loco y estoy cansado de actuar como alguien cuerdo. Acepta uno, solo un beso, y haré caso a lo que pediste —pronuncio contra ella, percibiendo toda su esencia.

No dice nada.

Sus ojos se entrecierran y creo que accederá. No obstante, lo abre y me ve con recelo.

—No te lo pedí, fue una advertencia.

Dicho esto, le pone de pie y vuelve a la cocina.

Punto para ti, Audrey.

La próxima vez no seré tan apacible.



Capítulo para los que están trasnochando, a menos que sean de España y ya estén despertando. :D Bueno bueno, tenemos la perspectiva de Dhaxton esta vez y su humillación doble. Pero se lo merece el chamo, ah.

Estos POV son cortitos porque no quiero contar demasiado de los personajes >.< 

Nos leemos luego~

LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la ventaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt