LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la venta

DHAXTON

Este capítulo va dedicado a chicanonima29_05 por ser ganadora del concurso de talentos hecho en Instagram

Cierro el libro y doy un suspiro, una costumbre que tengo arraigada desde hace ya tiempo. Lo dejo en la mesa de centro, junto a los muchos adornos horrendos que tiene mi hermano, y reposo mi espalda en el respaldo del sofá. Mi cuerpo relajado le da el permiso a Francis, el gato, para que se acerque retorciéndose en busca de cariño.

Extraño...

El tiempo que el felino y Audrey han estado aquí, él prefiere gastar su aburrido en su compañía, no la mía. He supuesto que se ha acostumbrado a su horario de sueño, por lo que no es común verlo merodeando por aquí.

Miro hacia puerta de la habitación de ella. Está cerrada, como acostumbra estarlo, y el hueco bajo no tiene esa luz tenue y amarilla de la lamparilla, la cual suele estar encendida la mitad de la madrugada.

Algo no cuadra.

Hago una pequeña recapitulación de la tarde para recordar si tuvimos alguno de esos furtivos encuentros por la tarde, en los que ella tiene ese semblante cauteloso y yo me divierto de los intentos en vano que hace por pasar de mí.

Ninguna de esa rutina ocurrió, el piso ha estado en completo silencio. Eso significa que, existe la pequeña posibilidad, de que no llegó. Audrey no llegó al departamento.

Me pongo de pie y camino hacia la puerta de su habitación. Mis dedos rozan el pomo por una fracción insignificante de segundos y luego la retraigo. No es adecuado entrar sin previo aviso, puede que esté dentro y yo haya creado conjeturas absurdas.

Opto por golpear.

Nada.

Insisto.

—¿Audrey, estás ahí?

No responde.

Mis dedos bailan sobre el pomo y decido abrir.

La habitación destila un olor a crema barata y pintura. Está oscura y fría, con la prueba clara de que nadie ha estado dentro durante horas.

Cierro.

Camino hacia la pizarra de la cocina para ver si ha dejado algún mensaje sobre su ausencia o su paradero, mas no hay nada.

¿Dónde estás?

Ni siquiera tengo su número para saber sobre su paradero o cómo se encuentra.

Vuelvo al sofá y dictamino mi siguiente acción.

Tal vez deba esperar. Ella puede llegar en cualquier momento.

Me quedo mirando hacia la entrada.

Y espero.

Espero.

Continúo esperando.

Así caen las 2:30.

Tras una discusión mental acepto llamar a su madre. Ella responde con voz rasposa, seguro dormía.

—No quiero molestarte a estas horas, pero creo que necesitas saber que Audrey no ha llegado al departamento.

—¿Cómo? 

—Tampoco dejó algún mensaje avisando que no pasaría la noche aquí y temo que es posible que algo malo le haya ocurrido.

—Ella no pasaría la noche afuera sin decirlo —murmura ella, con evidente tono de preocupación.

—Es lo que supuse.

—Voy a llamarla.

Es eso, precisamente, lo que quiero que hagas.

—Bien. 

—Gracias por llamar, Dhaxton.

—¿Te molestaría decirme si te responde? —sugiero antes de que cuelgue.

—Claro, claro, te informaré de todo. Gracias de nuevo.

Cuelga.

Vuelvo al sofá y suspiro.