Capítulo 10

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Cada maldita canción tiene un trozo de lo que nunca y jamás comenzó. ¿Acaso podría estar más pérdida?

NARRADOR

3/3

Suelen decir que el silencio dice más que mil palabras, aquéllo era muy cierto, pero... ¿Y el silencio con la mirada?

Aquél silencio era un tipo de silencio que no se veía en cualquier momento, aquéllos pequeños y secretos silencios se veían cuándo estás perdido por alguien. María José sabía que estaba pérdida y Daniela aunque no lo haya aceptado también lo sabía.

Aquéllas dos tenían aquél silencio con la mirada, se podría jurar que se habían dicho todo con la mirada ya, pero no emitían palabra alguna. La morena salió de su trance al oír la voz de Johan, entonces volvió a la realidad.

Ella.

En medio de la calle.

Con muchas personas a su alrededor y Johan al lado.

—¿Poché?— Volvió a escuchar a Johan, la morena sacudió su cabeza saliendo cómo de un tipo de embrujo.

— Perdón, me distraje.— Se disculpó la morena sonriendo a medias, Johan asintió y entonces dirigió su vista hasta la castaña.

Él chico no era tonto, ahí en ese momento comprendió que pasaba con la morena y la castaña, sabía que ya no podía hacer nada y que aquélla castaña ni llegó a ser su rival.

—¿Quieres hablar con ella? Puedo esperar, sí quieres.— Mencionó el castaño comprensivo con una sonrisa cálida.

— No me tardaré mucho, ya vuelvo.— Contestó la morena apenada, Johan asintió y la morena dirigió sus pasos hacia dónde estaba Daniela.

—¿Me puedes explicar por qué siempre me encuentras cómo sí fueras un fantasma?— Preguntó una morena aún enojada con la castaña.

— Eso no me interesa, quiero hablar contigo.— Respondió la castaña firme.

— Pues yo no, creo que fui muy clara, ¿no crees?— Dijo María José tratando de controlar su enojo.

—¿Clara? Sí, sí lo fuiste, pero no me dejas explicar nada. ¿Me puedes decir qué es lo qué te tiene enojada?— Preguntó la castaña ya exasperada.

—¿Perdón? Yo no soy la que anda besando y después finge que no pasó nada, y de por sí te besas con otra enfrente de mí. ¡¿Esa es una explicación suficiente de mi enojo?!— Gritó la morena cansada e irritada.

Un silencio invadió a ambas, María José rió irónica y negó con su cabeza, miro a la más alta abrió y cerró su boca, pero no salió palabra alguna de ella.

—¿Sabes? Siempre que me pasa algo digo que va de lo más bien, pero siempre pasa algo, y me da risa ver cómo siempre se repite la historia.— María José sonrió negando con cabeza.

— Te agradecería que me dejarás en paz, vives en el mismo techo de mi padre, pero por favor haz cómo sí no existiera.— Agregó la morena dando media vuelta e irse.

(...)

La noche había caído y María José se preparaba para irse de fiesta, tal vez cambiando su rutina olvidaba su día raro con la castaña, había escogido un vestido pegado a su cuerpo, tenía un escote en su pecho pero era discreto, unos tacones a juego y su cabello peliazul en ondas con un maquillaje natural, sus labios en un labial rojo.

Sonrió satisfecha al ver el resultado final, se veía sexy pero discreta también, alguien que no llamaría mucho la atención, estaba por llamar a su amiga cuándo escucho una puerta abriéndose con un grito sacado de una película de indios.

Inmarcesible || TerminadaWhere stories live. Discover now