Capítulo 13

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Es divertido recordar cuándo decías que no te irías, y fuiste tú quién dio la estocada final.

NARRADOR

La noche, las luces de la ciudad envolvía a las chicas que caminaban tomadas de la mano, había sido un día entretenido e inolvidable, ahora ambas sólo disfrutaban de la compañía de la otra en absoluto silencio.

¿Es así? ¿Esto es estar enamorado? Pensaba María José.

Ella no lo sabía, pero sí era así, el amor es cómo una droga, pero es una droga que no consumes, el amor es así, fresco, nuevo, adictivo, esa carga eléctrica que pasa por tus venas cada vez más mayor.

Era cómo un rayo dentro de una botella, venía sin previo haciéndo explotar aquélla botella, pero en vez de la botella eran tus sentidos y tus ganas de saber más y más lo que explotaban.

—¿Crees en los fantasmas?— La morena salía de su trance al oír a la castaña, soltó una pequeña risa ante su pregunta.

— No lo sé, he sentido vibras extrañas, pero jamás me ha aparecido un fantasma.— Explicó la morena encogiendose de hombros.

—¿Tú crees en ellos?— Le pregunto la morena a la castaña, Daniela detuvo el paso, soltó la mano de María José y llevo una a su barbilla pensando.

—¿Dije algo malo?— Indago la morena al ver la actitud de la castaña, soltó una risita nerviosa de pronto, no sabía porqué pero se sentía nerviosa.

— No creo en los fantasmas, pero sí en las reencarnaciones.— Contestó Daniela de pronto, María José negó con su cabeza y volvió a tomar la mano de la castaña, pero se quedaron ahí viéndose fijamente.

— Tú eres mi amor de época, tú debiste ser el amor de mi vida en alguna de esas épocas, por eso estoy aquí.— Daniela alzó su mano para acariciar la mejilla de María José delicadamente.

— Tratando de ser un instante, pero estoy tratando de ganar una parte de tú corazón en realidad. ¿Puede ser posible qué sólo piense que seré un instante para ti?— La castaña tomó ambas mejillas de la morena.

— ¿Qué ese sea mi mayor miedo cuándo nunca los tuve antes? ¿Qué cada momento a tú lado es cómo que haya vivido todo los placeres de la vida?— Agregó sonriendo, mientras veía unos segundos al piso.

— Siento que cada vez entras más en mí y quiero que lo hagas hasta que ya no quede nada de mi.— Finalizó La castaña limpiando los rastros de lágrimas de María José, la morena rió con lágrimas en los ojos.

¿Cómo es posible qué este angelical ser exista? Pensó limpiando sus lágrimas restantes.

— Calle, ¿eres real? No quiero que seas sólo un instante, quiero que seas todos los instantes, de cada día que estemos juntas, de cada risa, de cada mañana.— La morena se puso de puntillas para abrazar a la castaña.

— Quiero ser tuya, cómo tú mía, sonreír, besarnos, reír hasta que no podamos más, ser tú acompañante en cada loca aventura, y sé que en tan poco tiempo hay demasiado aquí, pero quiero que sea así.— Finalizó dejando un cálido beso en los labios de la castaña.

Se abrazaron y Daniela abrazo a María José cómo sí era el último abrazo, era demasiado bueno para ser verdad, era demasiado todo aquéllo cuándo en una semana finalizará su trabajo en ese plano.

— Ven.— Dijo Daniela de la nada llevando a María José al centro de calle, María José rió y no entendió nada, Daniela de la nada tomó su cintura y alzó su mano para entrelazar sus dedos.

Inmarcesible || TerminadaWhere stories live. Discover now