Mientras estemos juntos, estaremos bien

Una mañana normal

—Algo no se siente bien...

Robin se levantó de la cama y avanzó hacia la ventana. El cielo estaba gris, el mar en calma y se podía notar un poco de viento gracias al movimiento de las hojas de los arboles.

El chico fijó la vista en la cuidad, todo parecía en calma; pero para él era evidente que algo no lo estaba. Se sentía incomodo, respiraba con dificultad y no podía estar tranquilo.

Comenzó a dar vueltas por el cuarto, con cuidado de no despertar a Starfire. Eran las 4 de la mañana. Debería de regresar a intentar conciliar algo de sueño, o al menos regresar a la cama con la mujer que ama. Su instinto de héroe le decía que no, que se mantuviera atento. Pero ¿de qué? Nada estaba pasando, la alarma hubiera sonado de haber sido el caso, pero no. Nada. Él era el único en la torre que se encontraba despierto.

En parcial oscuridad y arrepintiéndose un poco de sus decisiones, encontró el camino a la cama y volvió a recostarse. Se acercó a la silueta de la muchacha y pasó un brazo sobre su cintura. Respiró profundamente sin antes volver a voltear a la ventana. Con lo único que se encontró fue con el mismo cielo gris. Cerró los ojos y deseó no ser tan paranóico.

Quién sabe, quizá no era nada...