Radio Curly. #1 Styles.

53.

—Cariño, ¿sucede algo? Sé que estoy enferma y quieres ocuparte de la casa por mientras, pero no has salido de estas cuatro paredes más que para ir a la universidad—Em le sonrió a su madre.

—Estoy bien, solo quiero quedarme para cuidar de ti y de El.

—Eres muy testaruda y sé que me ocultas algo.

—¿A quién habré salido? —bromeó logrando que su mamá rodara los ojos divertida.

—¿Y tu hermano? —preguntó cambiando de tema. La chica evitó bufar.

—No lo sé, no es como si nos dijera a donde se dirige cada vez que sale—se encogió de hombros sintiendo la mirada capciosa de su madre sobre ella. —Te traeré algo de comer, ya regreso.

Emma salió de la habitación y se dirigió a la cocina. Encendió la radio para poder escuchar un poco de música y distraerse.

Mientras se dirigía a la nevera para sacar algunas hortalizas, su vista paró en un pequeño dibujo que su hermana había hecho el cual era sostenido por unos imanes de figuritas. Sonrió débilmente ante la nostalgia del recuerdo.

—Me da mucha pena contigo, pero no podía dejar a Elena sola en la casa.

—Está bien, tranquila—el rizado rió a su lado. —De todas maneras, Sophie la adora—ella asintió (feliz por ese hecho) observando a ambas pequeñas columpiarse.

—¿Tienes algún pasatiempo a parte de la radio, cantar y tocar el violín?

—No realmente, creo que con eso tengo suficiente—ambos rieron. —¿Qué tal tú?

—Mhm...—lo dudó por un momento. —Me gusta preparar algún que otro postre.

—¿En verdad? —ella asintió orgullosa. Harry se acercó al cuello de Em ronroneando al oler ese aroma frutal que parecía siempre poseer. —Espero que sepas que soy un hombre con un estómago disponible a probar tus exquisiteces—Emma soltó una carcajada apartándolo con suavidad.

—Prometo que te traeré la próxima que prepare algo.

—Más te vale... quién lo diría, mi pelirroja sabe cocinar—la aludida se sonrojó al escuchar cómo se había dirigido a ella.

Mordió su labio inferior mientras consideraba el hablar con él... El contarle toda la verdad. Tal vez si le explicaba todo desde un principio con calma y mostrando lo arrepentida que se sentía por aquello, no todo terminara tan mal entre ellos.

—Oye Harry, yo quería...

—¡Emma! ¡Ven acá! —ella suspiró al verse interrumpida y se acercó a El siendo seguida por Harry.

—¿Qué sucede, cariño?

—Sophie y yo queremos dibujarlos—la cómplice asintió con una sonrisa.

—Bueno—volteó para obtener alguna respuesta por parte de Harry recibiendo un asentimiento. —¿Dónde nos colocamos? —ambas niñas sonrieron y los llevaron hasta una banqueta del parque.

—Ustedes se sientan y nosotras los dibujamos—comentó Sophie sacando algunos colores y hojas blancas que guardaba en el pequeño bolso que llevaba a todas partes.

—Habrá mariposas, árboles, nubes...

—Y corazones.

—Cierto, Elena—asintió Soph pasándole algunos de sus colores. —Habrán muchos corazones rosados.