Capítulo V- ¡Oh decepción!

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La mañana siguiente desperté con un horrible piqueteo en la cabeza que se quitó milagrosamente al escuchar el sonar de mi celular.  

-Buenoooooo.-Contesté emocionada al ver que me llamaba Karla.

-¡Amigui! Te tengo un notición. ¿A que ni sabes qué?-

-¿Queeeeeeeeeeeeeeé?-

-Supe de muy buena fuente que Benjamín se te declara por que se te declara. Hoy habrá una nochada en la escuela y todo mundo estará ahí, Benjamín no será la excepción. –Me contaba tan entusiasmada que parecía que a la que se le declaraban era ella- Ponte guapa que hoy es tu noche. Pasaré por ti a las 9:00-  Concluyó.

Cuando colgué el teléfono mi corazón bombeaba tan de prisa que mis manos comenzaron a temblar y no me quedó de otra que comenzar a saltar por todos lados, pero de un momento a otro mi mente se nubló atemorizada… me senté en la cama y me pregunté ¿Cómo lo voy a besar? Me recorrió una especie de nauseas desde la punta de los pies hasta la cabeza que me hizo tambalearme y sacudí la cabeza queriendo sacar toda idea pesimista. Después meneé las manos y golpeé a destiempo mis mejillas como para despabilarme. Me paré y encendí el computador. Tecleé en el buscador: -¿Cómo dar un buen beso?-

Encontré desde respuestas tan idiotas cómo: -solo métele la lengua y seguro le gusta. – Relájate y afloja. –No aflojes mucho. – Dáselo apretadito.- Abre la boca, pero no la abras mucho.- Vaya que todo eso hizo que quedara peor de confundida que antes. Y preguntarle a alguien ni hablar. Apagué el computador y me resigné a que tal vez todo sería un tremendo desastre.

Le mandé un mensaje  a Karla que lo mejor era que pasara por mí a casa de mis abuelos así mataríamos dos pájaros de un tiro, le diría a mí abuelita que me quedaría a dormir en casa de Karla y no tendría que regresar tan temprano a casa.

Dicho y hecho, estaba terminando de alistarme cuando llegó Karla toda despampanante, tanto que me sentí un poco fuera de lugar. Cuando estábamos completamente listas salimos por la puerta principal y escuché como mi abuelo gritaba:- ¡Cero novios! – Cómo si le fuera a hacer caso. Pensé. Karla había llevado su coche, era un X-terra 2006. Se lo habían regalado por su cumpleaños número quince. Yo también había pedido uno pero mi madre puso solo una cara de cuajo y dijo: -Ni lo sueñes.- Así que ni hablar, ya no he vuelto a tocar el tema.  Por mi berrinche ni siquiera quise celebrar con una fiesta ni nada, pero pensé que tal vez mis sweet sixteen estarían de lujo. Al subirnos al coche miré hacia la casa de Peter, él iba saliendo bien engalanado con un Esmoquin negro y un corsage en la mano que seguro sería para la brujilda de  Mielany, puse mi cara de odiosa y Karla preguntó qué ocurría.

-Nada.- Contesté fríamente.- Anda, vámonos.-

Karla puso música y ya íbamos más entonadas con algunas canciones de David Guetta.  Al llegar al pabellón dónde sería la celebración todos nos miraron con asombro al vernos llegar tan glamurosas, nosotras sonreíamos como pavorreales y  saludamos a todos nuestros conocidos.

Empezó el show principal, pasaron algunos neandertales a hacer sus espectáculos de siempre y cuando el momento esperado llegó me sentí la más afortunada del mundo. Ahí estaba Benjamín hablando de la canción que estaba a punto de cantar:

-Ésta canción… Es dedicada para una chica especial que me ha robado el corazón.- Todo eso lo dijo mientras me miraba fijamente y todas las demás se morían de celos, hasta Mielany que no le importó demostrar su rabia contra mí aunque Peter estuviera a un lado de ella.

No recuerdo exactamente la letra de la canción, solo sé que decía algo de mi sonrisa, de mis ojos y mi cuerpo… y que quería estar a mi lado para siempre.  Yo obviamente sabía que todo eso era cierto. Cuando Ben bajó de la tarima estuvimos bailando por un buen rato, después me pidió que saliéramos a tomar aire y acepté encantada para poder platicar un poco con él y conocerlo más a fondo. Estaba que crispaba de la inquietud al no saber qué ocurriría, nos sentamos en una jardinera al fondo del lugar, estaba sumamente oscuro y al principio me sentí insegura pero no sería una rajona. Me tomó de la mano, fue una sensación extraña… Por un momento me sentí acosada pero unos segundos después me agradó. No tanto como la ocasión en que Peter la había tomado cuando estábamos niños. Fue un sentimiento completamente diferente. Tal vez con el tiempo las nervaturas cambian-pensé-. Acercó todo su cuerpo un poco más a mí invadiendo mi espacio vital y entonces quiso tomar mi rostro con sus dos manos, a lo que reaccioné rápidamente y me alejé un poco. Le pregunté por el clima y el solo rio diciendo descaradamente: -No vinimos aquí para hablar nena.-

-¿Qué? ¿Entonces a que venimos?-

-Pues no sé tú. Pero yo a hacer cosas más interesantes. Ya estás creciendo y… -

-¿Y qué? ¿Eres un idiota?- Tomé un refresco que había dejado al parecer una parejita anterior a nosotros y lo tiré sobre su impecable pantalón blanco. Él se quejó diciendo lo tonta que era y yo di mi jaque mate escupiéndole los zapatos.

-En primera Benjamín… No me gusta que me llamen nena. En segunda, no soy diversión de nadie… Y en tercera, vaya ni para decirte la tercera vales la pena…- Moví el cuello zarandeando mi cabeza como esas chicas raperas que tienen el control de todo, di una media vuelta y me puse a andar como toda una diva que me sentía.-   

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ஐ MI PRIMER BESO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora